ALIANZA Pt. 1

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Le gustaba la gente que sabía jugar mejor que él.

Wooyoung miraba, observaba e imitaba a esa gente. Copiaba sus técnicas, comportamientos y estudiaba sus miradas, hasta aprenderse las reglas del juego de memoria. Sin embargo, San tenía unos iris tan opacos, que le resultaba imposible ver algo más a través.

–¿Crees que te ayudaré a escapar sólo porque te salvo cada vez que te metes en líos?

Wooyoung boqueó, mirándole sin entender.

–¿Acaso no lo harás? –preguntó, perdiendo la esperanza conforme el brillo de los ojos de San se tornaba burlón.

–¿Y qué gano yo haciéndolo? –preguntó, cruzando los brazos de manera altiva.

–¡Nunca has ganado nada ayudándome, pero lo hacías igual! Y yo nunca te pedí esa ayuda... –le tembló la voz– ¿Ahora que lo necesito de verdad, ya no te apetece seguir haciendo de buen samaritano?

–¿Por qué a mí? Que te ayude tu amigo Hongjoong, o quien sea.

–¡Tienes que ser tú! –exclamó el rubio, agarrándole por el cuello del negro uniforme.

Se habían quedado solos en la sala de reuniones. Wooyoung estaba desesperándose, pero San mantenía la compostura. El rubio suspiró nervioso antes de hablar.

–Eres el líder de la cárcel, ¿verdad? –preguntó, aflojando el agarre y no pudiendo mirar los ojos del contrario– Seonghwa me dijo que eras alguien normal, los demás presos también, pero yo nunca pude quitar esa sospecha de ti...

Ahora fue San quien se tensó y agarró las muñecas del rubio, obligándole a conectar sus ojos con los suyos.

–Eres observador, pero por mucho que creas saber, en realidad no me conoces. ¿Líder? Ni que fuéramos un grupo de KPop. Yo sólo manejo lo mío.

–¡Por eso es que te necesito a ti! Piénsalo. Podremos unir fuerzas y escapar de aquí los dos. Una vez estemos fuera, partiremos caminos y asunto olvidado. Ambos estamos físicamente preparados para enfrentarnos a cualquier cosa. Yo necesito salir de aquí y tú no tienes motivos para no intentarlo, ya que tienes cadena perpetua, o sea que si sale mal no te afectará –tragó saliva, soportando su mirada de cerca– Estoy seguro de que tienes contactos dentro, al fin y al cabo todos los presos te respetan. Además, tienes dinero y sabes pelear. ¿Cómo no vas a ser mi mejor opción?

–Te di la mano y cogiste el brazo entero, eh... –masculló el pelinegro, luego alzó la voz– Pero hay un problema, y es que yo no te puedo ayudar a no ser que salga de aquí contigo. Y yo no quiero irme.

–¿Cómo? ¿Estás loco? ¿Qué preso en su sano juicio no querría salir de la cárcel?

–Uno que no está en su sano juicio.

Wooyoung se mordió el labio. No podía más de la impotencia y no iba a poder escapar de la Zona Este sin su ayuda, por lo que actuó bajo sus impulsos, sacudiendo el agarre de San en sus muñecas y propinándole una bofetada. El pelinegro dio un paso hacia atrás por el impacto en su mejilla.

–¿¡Para qué me salvabas de presos como Mingi, Dongjun o Wooram, si no ibas a ayudarme con lo que realmente necesito!? –exclamó Wooyoung, con una inmensa rabia.

San se llevó una mano a la zona afectada de su rostro, respirando hondo y subiendo su mirada de nuevo.

–Porque puedo ayudarte desde dentro, pero no fuera –dijo el pelinegro, acercándose a él y acorralándole poco a poco contra la pared– Te he ayudado porque quería, pero no es mi deber, blondie.

LOVER BOY - woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora