ELÉFTHEROS Pt. 1

4.4K 544 459
                                    

Twisted Games - Night Panda & Krigarè🎵
Bad - Farveblind feat. KillASon 🎵

Abrasador. Rugiente. Incandescente.

El fuego se había expandido por todo el suelo regado de billetes, reflejándose su color rojizo en sus pupilas. Comenzaba a ser una carrera incontrolable, trepando y comiéndose el papel de las paredes en el desarrollo más precioso que Choi San había visto nunca. Era todo un espectáculo de tonos cálidos.

El calor comenzaba a hacerse presente, y Wooyoung volvió a la realidad por ello mismo. Se separó la tela del mono que se había adherido a su cuerpo por culpa del sudor. Ni que decir tiene que ya estaban completamente secos y sudados debido al ambiente. Respiró hondo, buscando la mirada perdida del pelinegro.

–San, tenemos que subir. No sabemos cuánto tardarán en bajar por el pasadizo a por nosotros, y yo estoy comenzando a sentirme falto de oxígeno...

La estancia era demasiado pequeña. El humo comenzaba a acumularse sobre ellos y debían salir rápido. San le miró, exhalando una bocanada de aire que respaldaba sus palabras, asintiendo.

De pronto, un sonido estridente muy prolongado empezó a sonar por el edificio, alertando del incendio. La humareda había ascendido hasta el detector de humo, provocando así el despertar de la alarma. San apretó los dientes ante el incómodo ruido y Wooyoung se asustó, subiéndose al sofá de un salto para alcanzar la puerta de la trampilla.

–¡Rápido, vendrán! –exclamó el chico rubio, haciendo esfuerzos para empujar la puertecita.

San examinó la estancia con mirada seria, escuchando alboroto en el exterior y notando los nervios en sus extremidades. Se mantuvo sereno, viendo la pila de maletas vacías en una esquina mientras los billetes que momentos antes las llenaban estaban siendo consumidos hasta las cenizas.

Wooyoung consiguió levantar la trampilla y dio un salto para intentar impulsarse hacia arriba con los brazos. El cuarto comenzaba a agobiarle y a darle una claustrofobia que no sabía que tenía. San, por su parte, se subió al sofá cuando Wooyoung ya había conseguido subir al exterior. Fue ahí cuando comenzó a notar que sus pulmones trabajaban de forma complicada. Tosió repetidamente.

–¡San, sube, joder!

San miró hacia arriba, viendo el rostro del contrario observarle con preocupación. Estaba nublado, todo estaba nublado, y el pelinegro tragó saliva sin decir nada.

–¡Yo tiro de ti! –insistió Wooyoung.

Gracias al hueco abierto de la trampilla se filtraba algo de aire, pero el incendio bajo él no hacía más que aumentar. Imitó al rubio, dando un salto y agarrando los bordes del hueco con sus manos, dejando que sus piernas colgasen en el vacío de la habitación. San gruñó de dolor, pues la herida en su costado escocía como si estuviese muriendo en esa parte de su torso. Wooyoung agarró sus antebrazos por si acaso San no podía seguir sosteniéndose. El pelinegro lo hubiera logrado fácilmente en otras circunstancias, pero el desgarre sangriento recién hecho en su cuerpo le dificultaba.

El fuego cubrió la tapicería del sofá bajo ellos. Ahora San se encontraba en un puente entre la vida y la muerte, entre el cielo y el infierno. Colgando entre ambos, agarrado al borde resbaladizo que hacía la diferencia y siendo sujetado por el rubio al que siempre pensó que debía proteger, y no al revés. El pelinegro se mordió el labio inferior para callarse el dolor, y subió hacia arriba con ayuda del menor, haciendo una fuerza inhumana con los abdominales.

Respiró hondo sobre el suelo inundado una vez tocó la superficie del pasadizo. El agua que caía a través del agujero no era suficiente para apagar el fuego, y Wooyoung cerró la trampilla nada más San llegó al otro lado. Ambas respiraciones se oían en el pasadizo, descontroladas. El pelinegro estaba tirado en el suelo, con su uniforme manchado de sangre, y el otro estaba apoyado sobre las palmas de las manos, asimilando. Ya nada relucía con la intensidad del cuarto, ahora todo estaba oscuro.

LOVER BOY - woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora