Águila Cautiva Prende Fuego A La Jaula

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(Dedicado a @-sxnwoo)

Sacad las palomitas, this is for you 🍿

Delito - Nathy Peluso 🎵
Bad Attitude - BEGINNERS feat. Klergy 🎵

Lucas empujó al preso, a pesar de que éste estuviera avanzando diligentemente. Parecía calmado, sereno, incluso elegante, pero eso no quitaba que fuese un psicópata sin escrúpulos. Al fin y al cabo, el recluso 83 había dado a la Zona Este el mayor problema en su historia como penitenciaría.

La suela de goma de las botas de Choi San rechinaba por el suelo del aparcamiento trasero. Las cremalleras tintineaban, y todo en conjunto le estaba dando una reaparición icónica frente a sus compañeros. Ellos le esperaban en el autobús, mirando por la ventanilla cómo éste se acercaba siendo custodiado por Lucas, el nuevo funcionario. El grupos de presos no le había visto desde la huida de Wooyoung, ni siquiera habían tenido una noticia de dónde se encontraba o qué estaba haciendo. La primera vez que lo vieron después de todo ese tiempo fue ese día, veinticinco de junio. San recorría el sendero de su muerte con una sonrisa cínica y las manos esposadas.

–Más rápido –insistió el funcionario– Que no tenemos todo el día.

Fue empujando la espalda baja de San, alentándolo a avanzar a prisa hasta el autobús.
Taehyung se había sentado junto a Hongjoong en la última fila, la que estaba pegando a lo que llamaban "la jaula". La jaula era el espacio final del autobús que, literalmente, era una jaula. Ahí encerraban a los presos lo suficientemente peligrosos como para no poder establecer contacto con los demás ni en un solo viaje. Y Taehyung sabía que ese era el sitio de San.

El moreno frunció el ceño al ver su figura avanzar hacia el bus de traslado. Seguía igual que lo recordaba, pero a la vez, algo había cambiado. No solo le habían cortado el mullet y le habían dejado su negro pelo brillante muy corto, sino que parecía... ¿cansado?

–Ahí viene –advirtió Mingi, mirándole a través del cristal como el resto– El culpable de todo.

Taehyung quiso rebatir sus palabras, pero no quiso darlo importancia cuando tenía al mismísimo Choi San, el desaparecido, frente a sus propias narices.
La puerta automática se abrió, sonando en el silencio en el que los presos se habían sumido. Dongjun, Mingi, Wooram, Hongjoong, Sungwoo, Yeosang y Taehyung miraron hacia el mismo lugar en ese instante, hacia el principio del pasillo. Y en cuanto San subió las escaleras seguido de Lucas, todos los ojos curiosos se posaron sobre él.
El pelinegro no reaccionó, mantuvo la mirada gacha hasta que lo mandaron con una seña al final del vehículo, donde la jaula. Como si fuese un perro de raza potencialmente peligrosa.

Entonces levantó la mirada, y todos se quedaron sin palabras.

Había fuego en sus pupilas, en su respirar, en sus andares, emanando de las palmas de sus manos y luchando por salir de su boca. Taehyung reconoció ese tipo de fuego invisible que lo envolvía. Era el que avecinaba un gran incendio.
¿Cómo podía su mirada estar tan viva cuando uno de sus ojos había muerto? Su derecho estaba blanquecino, tenía un movimiento normal pero el color se había esfumado de su globo ocular. Había adquirido una completa ceguera en él.

San anduvo unos pasos por el pasillo, entre los asientos de los chicos. Algunos mascullaron insultos a su paso, pero el pelinegro no se inmutó.
Hongjoong no pudo evitar girarse a mirarle cuando San se hubo metido en la jaula. Lucas fue a asegurar el candado en la cerradura y tomó asiento al frente, tras el conductor. San se sentó en el suelo, teniendo como separación de los asientos de sus compañeros los delgados barrotes de la jaula. Aquello podía ser una tremenda humillación, pero para él era todo lo contrario. Le hacían ver más poderoso, más intocable.

LOVER BOY - woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora