#21

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Get Ready - Night Panda & BEGGINERS 🎵

Ese día Wooyoung se levantó completamente mentalizado para lo que iba a suceder. Mentiría si dijera que no le temblaban las manos sólo de pensarlo, pero más que nervios era ansia. Esas ganas de arrasar con todo que retenía desde hacía mucho tiempo. Se sentó al borde de la cama, sintiendo el movimiento de un perezoso Yeosang en la litera superior.

Estaba jodidamente preparado.

Salió de su celda con rapidez, sintiendo que por primera vez desde que había llegado tenía un objetivo claro y algo por lo que levantarse cada mañana. Lo primero que vio al abrir la reja fue al par de legendarios amigos San y Taehyung. Caminaban de espaldas, en dirección al comedor. Wooyoung se apoyó ligeramente sobre la pared para fijarse en ellos al notar un movimiento extraño por parte del pelinegro. El alto caminaba con un brazo sobre los hombros de Kim, lo cual le pareció raro ya que raramente mostraban afecto. Parpadeó rápido, asegurándose de que no era producto de su aún aletargado cerebro, viendo claramente cómo San deslizaba un par de billetes por debajo del cuello del mono de Taehyung.

La entrega del dinero había sido efectuada en un movimiento disimulado que requería experiencia. Acto seguido vio a los dos chicos sonreírse, San dándole unas palmaditas en la espalda y alejándose de Taehyung, yendo en dirección de Wooyoung. Cuando el rubio tuvo al pelinegro lo suficientemente cerca, no pudo evitar preguntar.

–¿A qué se ha debido eso?

San esbozó una sonrisa de medio lado, notando la mirada curiosa del chico.

–Necesito que nos consiga algo –respondió, claro.

Wooyoung asintió conforme. Últimamente la relación de los reos había evolucionado a una más sincera y confiable, por lo que no había razón para no fiarse de las palabras del otro. Desde el juramento de sangre en la sala de castigos todo había cambiado. Ahora tenían un propósito conjunto. Ambos observaron a Taehyung alejarse, uniéndose a la masa de presos que bajaban al comedor por la hora del desayuno.

San volvió la mirada hacia Wooyoung y le ofreció la mano, mostrándole su palma abierta con confianza. Éste se la dio decidido, comenzando a caminar juntos hacia la cantina. El tipo de actos como entrelazar sus dedos se había vuelto más común, como una forma de reafirmar su alianza. Eran conscientes del poder que emanaban juntos, de cómo la angustia que ambos sentían se calmaba con el tacto del otro y de lo respaldados que estaban, pero a la vez les aterraba lo que todo eso significaba. No obstante, deshicieron su enlace justo antes de empujar las puertas del comedor, siendo conscientes de que no era buena idea mostrar esas acciones al público.

Estaban preparados.

Procedieron de forma normal, teniendo el plan formado en sus cabezas. San conservaba los pasos en su mente como si tuviese un esquema dibujado en las neuronas, mientras que Wooyoung, quien solía actuar más por impulsos que por planes, tenía una mezcla confusa de las manos de San moviendo ranitas de papel.

Recibieron el desayuno diario en sus respectivas bandejas y tomaron asiento en la misma mesa.

–¿Dónde está Hongjoong? –preguntó San.

–Ni idea.

–Debería de estar aquí.

San comenzó a temer que algo estuviese marchando mal. La ausencia del bajito podía tomarse como un pequeño contratiempo o como un gran problema, y mientras San se hundía en sus cavilaciones, Wooyoung observaba cómo Taehyung salía de la cocina tras despedirse amistosamente del preso que estaba de turno cocinando.

–Viene Taehyung –avisó el rubio, removiendo su comida distraídamente.

San permaneció tranquilo hasta que el mencionado llegó hasta ellos y tomó asiento al lado del pelinegro, dejando sobre la bandeja de San una botellita transparente de líquido amarillento etiquetada como aceite. El pelinegro no reaccionó ante el extraño obsequio, como si aquello estuviera previsto, y Wooyoung se limitó a observar todo de forma interrogante sin pronunciar palabra. Cuando estaban por terminar de comer, San se guardó la botella dentro del mono.

LOVER BOY - woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora