- ¿A dónde va?
Pregunte cuando llegue a su lado. Isaza me observo por sobre su hombro mientras cerraba la puerta de la parte trasera de su auto. Malta iba atrás.
- Llevare a Malta al veterinario, ¿Quieres acompañarnos?
- Considerando que no tengo otra cosa que hacer. – moví mis hombros.
Isaza encendió el auto ni bien entre y con la música fuimos camino a la veterinaria para que pudieran revisar a Malta. Era un lindo día en la ciudad, ni siquiera hacia tanto frio. Al llegar, acompañe a mi amigo hacia aquel lugar ya que no quería quedarme a esperar, era malo y ansioso para eso. En la recepción esperamos ser atendidos.
- Hola, soy Juan Pablo Isaza – sonrió mi amigo para la recepcionista de aquella pequeña clínica – ayer saque turno para mi perra, Malta.
- Si. – ella solo asintió con una sonrisa – Consultorio 12, la doctora Morales los atenderá.
Isaza volteo a observarme y yo solo moví mis hombros para asentir. Lo acompañaría, había descubierto que no era alérgico a los animales. Mi madre me había dicho eso para que no tenga en mente tener uno. Al llegar tomamos asiento, la ventana de aquel consultorio se encontraba cerrada así que espiar era imposible.
Tire mi cabeza hacia atrás y observe a Isaza quien solo acariciaba a Malta para que se relajara. Entendía a la pobre, ir al médico era horroroso pero necesario.
- ¿y?
Mi amigo me observo con curiosidad luego de acomodarse mejor.
- Y ¿Qué? – enarque mi ceja con curiosidad.
- ¿Cómo va la búsqueda de tu amor por el clasificado? – bromeo.
- Ni siquiera empecé...
- Nuestras fans han mandado una gran lista. – sonrió – Si mal no recuerdo, hasta Aitana está en la lista.
Ambos terminamos por reír frente a eso. Aitana era nuestra pequeña hermana, jamás podría verla con otros ojos. Suspire luego, no sabía si era necesario encontrar a alguien aún. Quizás solo debía disfrutar.
- Estoy seguro que encontraras a alguien. – confeso.
- ¿Cuándo lo harás tú? – fruncí el ceño divertido.
- Yo tengo a alguien, malta
Tomo a su mascota y beso su cabeza.
- No necesito a nadie más.
- Claro – rodee mis ojos con diversión.
- Hoy es el cumpleaños de Laura, ¿ira?
Iba a decir algo hasta que la puerta número doce se abrió de golpe. De ahí salía una señora con su pequeño caniche en brazos. Saludaba amablemente a la chica detrás de ella. Luego de unos segundos ella nos observó.
- ¿Malta? – pregunto con curiosidad
- Es esta hermosura. – hablo mi amigo y ambos ingresamos a aquella habitación.
Aquella chica de cabellos castaños se me hacía familiar, no sabía de dónde. Al cerrar la puerta se inclinó hacia la perra, más bien se tiro en el suelo con una sonrisa.
- ¡Hola linda! – hablo con ternura – no te hare nada. – llevo sus ojos a mi amigo - ¿Cuántos años tiene?
- Cinco años. – sonrió orgulloso mi amigo.
- ¡Ay pero que bella! – volvió sus ojos a malta – ven, vamos a ver cuánto pesas.
Malta sin hacer problema se subió en la balanza, mientras que aquella chica se encontraba emocionada hablándole como si nosotros no existíamos en esta habitación. Isaza me observo de reojo con una sonrisa y yo solo me cruce de brazos observado todo con gran curiosidad.
- ¡Muy bien!
Sonrió. Tenía una sonrisa demasiado extraña, para mi gusto.
- ¿tiene la ficha de vacunas? – pregunto mientras observaba a Isaza, ella acariciaba a Malta que no dejaba de mover su cola.
- Si.
Mi amigo se acercó a entregarle un pequeño librito, ella comenzó a anotar algo sobre este. En silencio, sin dejar de sonreír porque malta no dejaba que estar cerca de ella.
- Bien, malta tiene un buen peso. – nos observó ahora a ambos – Tiene 30 kilos bien ganados, pero por la edad que tiene me gustaría ver cómo están sus riñones – comento – así que le mandare unos estudios de sangre nada mas
Mi amigo asintió levemente.
- Que siga alimentándose como debe y quiero verla el mes que viene – tomo un talonario marcando cosas y luego firmo – esto es todo lo que necesito – sonrió
- Bien, muchas gracias – Isaza frunció el ceño observándola
- Luna – sonrió con tranquilidad – luna Morales
- Luna, que agradable nombre – mi amigo sonrió
- Si – ella acomodo su cabello detrás de la oreja – bien, los veo luego – camino hacia la puerta – adiós Malta
Isaza salió junto con la Malta y en silencio lo seguí.
- Disculpa
Voltee con rapidez.
- ¿si? – pregunte con curiosidad abriendo mis ojos con sorpresa
- ¿nos conocemos de algún lado? – frunció el ceño con una pequeña sonrisa
- Si nos conociéramos créeme que no la olvidaría
Note que ella se reincorporo en su lugar y termine por darme cuenta de que mi cabeza me jugo una mala pasada.
- am – balbuceé nervioso – quise decir
- tranquilo – rio levemente – a mí me pasaría lo mismo
sonrió levemente y volteo para cerrar la puerta de aquel consultorio. Me quedé observando unos minutos su puerta y reí levemente, esa chica me caía bien. Camine hacia Isaza que me observaba con gran curiosidad.
- ¿Qué? – pregunte a su lado mientras caminábamos hacia su auto
- ¿Qué fue eso?
- Nada – moví mis hombros
- ¿Dices nada así tan tranquilo? – mi amigo se encontraba totalmente impactado por lo acontecido
- Claro – asegure - ¿Por qué no debería de estar tranquilo?
- Amigo – toco de mi hombro para detenerme por unos segundos – ¿de dónde la conoces?
- No la conozco – continúe con mi camino, el me siguió junto con malta – a decir verdad, no sé de donde la conozco
Él se quedó en silencio por unos segundos y yo recordé a la chica del ascensor de aquella vez. detuve mis pasos y observé a Isaza que simplemente no entendía nada.
- Ahora si – sonreí – ya la recuerdo
- ¿entonces? – pregunto con obviedad – ¿la conoce o no?
- Ni siquiera sabía su nombre, pero ahora ya lo sé – sonreí
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Amor clasificado - Juan Pablo Villamil
FanfictionUna lista, una publicación en una red social como si fuera el clasificado del diario... para encontrar un amor, para viajar a la luna y quedarnos por siempre ahí. Todos los derechos reservados. QUEDA PROHIBIDA su copia u adaptación de cualquiera de...