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Narrado por Luna Morales

Me tire sobre el suelo de mi casa, observaba el techo mientras que las miserables lagrimas caían. Sabía que debía sentirme feliz de verlo con ella, pero, no podía negar que me rompía el corazón en mil pedazos.

Me acomode de costado y observe debajo la mesa. Sonreí cuando recordé aquella vez, cuando lo besé por primera vez solo para darle celos al cretino de mi ex. Ese día me había dicho que jamás se alejaría, lo estaba cumpliendo y que con el podía hablarlo todo.

Cerré mis ojos con fuerza sumergiéndome en la tristeza, quería decirle la verdad de porque me alejé de él. Quería que supiera como se encontraba mi cuerpo y que cada día se deterioraba un poco más.

El timbre sonó y con pesadez fui a la puerta. Antes de abrir la puerta me limpie el rostro, era demasiado tarde para que alguien viniera, pero quizás era lola.

Al abrirla contuve el aire al verlo ahí. Mi corazón comenzó a bombardear demasiad.

- ¿Qué haces aquí? – susurre.

- Hola, ¿puedo pasar?

Pensé por unos segundos, pero terminé por acceder a que ingresara. Al cerrar la puerta inhale y exhale sin que lo notara. Tenía miedo de como terminaría esto, sentía que quizás no tendría vuelta atrás.

- ¿Por qué te fuiste? – pregunto sin anestesia.

- Me sentía cansada...

- No hablo de eso, Luna. – me interrumpió con seriedad - ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me dejaste solo?

- Villa... - murmure con dolor.

- Me prometiste que te quedarías conmigo. – me recrimino con molestia. - ¿Por qué? Dime tan solo el porqué.

- ¿para qué quieres saberlo?

- Porque te amo, porque quiero remediar lo que hice mal. – elevo su voz, molesto – necesito recuperarte, porque cada día es mucho peor que el anterior y verte me hace mal.

- Lamento eso. – agache mi cabeza con dolor.

- ¿lo lamentas? Luna, no quiero que te alejes de mí.

- Te hago mal, villa y lo mejor es que ...

- ¿es qué? ¿Alejarte de todos también? – frunció el ceño molesto - ¿Qué es lo que sucede? ¿Qué?

Trague saliva con nerviosismo. Él se encontraba demasiado desesperado y yo tenía tanto miedo.

- ¿Por qué Luna? ¿Por qué te alejas?

- Porque no quiero lastimarte. – susurre mientras sentía que la angustia me consumía lentamente.

- Me lastimas con esto. – elevo su voz, sentía que comenzaba a romperse frente a mí, otra vez – me lastimas alejándote de mí, cerrándote. Sabes que puedes decirme cualquier cosa, nosotros podíamos hablar y parece que eso se te olvido.

- No es sencillo. – eleve un poco la voz, no sabía si quería que me escuchara o quizás solo quería que él se tranquilizara.

- ¿no lo es? Estoy aquí Luna, dime lo que sea, lo que quieras que sepa puedes hacerlo ahora. – sus ojos perdieron el verde característico que acostumbraba a ver.

Por unos segundos no dije absolutamente nada. Quería que lo supiera, pero las palabras no salían. Comencé a negar una y otra vez, la angustia me consumió y las lágrimas salieron otra vez.

- Dime, por favor, ¿Qué sucede?

Lo observe una vez más, no podía ver como se rompía por la incertidumbre. No quería romperlo más de lo que ya estaba, pero me era inevitable no sentir que se merecía la verdad, aunque todo se acabara luego.

- Tu no hiciste nada malo, Villa. – murmure.

- Ay, otra vez... - solo rodo sus ojos y se alejó de mi molesto. Volteo a verme una vez más – ya me lo has dicho muchas veces, me has dicho que fue todo muy rápido y sabes que eso no es cierto, Luna.

- Villa...

- Estoy demasiado cansado, Luna. – apretó sus labios, molesto – estoy queriendo saber la verdad. No es nada de todas las cosas que me has dicho.

- Es que no quiero lastimarte. – volví a repetir mientras comenzaba a temblar.

- Lo estás haciendo con tu silencio.

- Mi silencio es por cuidarte.

- No me estas cuidando, me estas lastimando. – elevo molesto su voz, sus lágrimas caían al igual que las mías – ya, dímelo de una buena vez, Luna, acaba ya con este maldito dolor que tengo con tu ausencia.

- Me estoy muriendo, Villa.

Y aunque la voz me traiciono, en el susurro termine por confesarle lo inconfesable, el dolor que tenía dentro de mí.

El solo relajo sus facciones, se quedó en silencio por varios minutos mientras que sus lágrimas aun caían.

- ¿Qué? – susurro.

- Perdón. – trague saliva – perdón por ocultártelo, pero no quería que cargaras con esto.

- Espera un momento... - elevo sus manos cerrando sus ojos con fuerza – no, esa no es la verdad. – negó y me observo una vez más – dime que no es cierto, Luna, dime que hice algo mal que tu no...

- Lo lamento mi amor – susurre con el corazón partido en mil pedazos – no quería que sufrieras, quería que te enamores de alguien más así me podía ir más tranquila pero cada día es más difícil para los dos.

- Pero... no... - balbuceaba con miedo.

- Tengo leucemia – confesé – me desmaye en una cirugía y por un momento pensé que me encontraba embarazada porque tenía casi todos los síntomas, pero, no. – me seque las lágrimas antes de continuar mi relato – empecé a hacerme quimioterapia a escondidas, las más leves y ya estoy sintiendo como me agoto más rápido, no tengo saliva, y ayer cuando me sangro la nariz, fue producto de la misma enfermedad.

El aún me observaba en silencio, se notaba la destrucción en su interior.

- Lo lamento. – susurre – no quería que sufrieras, no quería que te quedaras solo.

- Esto tiene que ser un error. – fue lo único que le salió decirme.

- Ojalá lo fuera, pero no lo es... - susurre – perdóname.

Poco a poco comenzó a romperse aún más, se inclinó hacia el suelo como un niño pequeño y con el dolor que tenía dentro me arrodille frente a él. Me partía el alma verlo de esta manera y saber que lo abandonaría en algún momento. Acaricie su cabello con lentitud y el elevo su mirada para observarme a los ojos.

- No te voy a dejar sola. – aseguro.

- Villa... - susurre.

- ¡No! no te voy a permitir esta vez que me alejes. – me observo con seriedad – vamos a ir y vamos a pelearla juntos, porque sé que vas a vencerlo.

- Mi amor, no es tan sencillo.

- Luna... – sus manos fueron a mis mejillas para que lo observara fijamente – no nos vamos a dar por vencidos, no voy a dejar que te rindas. Vas a pelear y vas a ganar. Pero esta vez, voy a estar contigo, aunque me quieras lejos. 

Amor clasificado - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora