Narrado por Juan Pablo Villamil
Sentí calor sobre mi cuerpo, parpadeé para luego abrir mis ojos. Fruncí el ceño cuando vi a lola besando la cabeza de Luna. Sonreí para ella cuando se percató de que me había despertado.
- Ey. – susurro – lo siento, solo los arrope. Está haciendo algo de frio.
- No te preocupes. – me limpie los ojos y me levante lentamente.
Observe a Luna, que seguía descansando como si nada sucedía a su lado y eso, me parecía la mejor sensación del mundo. Se notaba tan sana por fuera que por momentos mi cabeza me traicionaba dándome a entender que ella estaba bien.
- ¿te encuentras bien? – murmuro Lola con preocupación.
- Si, ¿Por qué lo preguntas?
- Por como ves a Luna. ¿sucedió algo?
Suspire y volviendo a mi novia, me incline a ella para besar su coronilla. Salí del sillón como pude, mientras lola acomodaba la frazada que nos había puesto sobre el cuerpo de su hermana.
- ¿Qué es esto?
Lleve mi vista a lola, ella en sus manos tenía los papeles que habíamos traído del hospital. Frunció el ceño mientras los ojeaba con atención.
- Lola... deme eso. – extendí mi mano para que me los entregara.
Quizás aún no era momento para decirle la verdad sobre la salud de su hermana, quizás no era momento de que se lo dijera siendo Luna quien debía hacerlo.
- ¿Por qué tienen el nombre de mi hermana? – me observo con curiosidad.
- Lola, por favor, dame esos papeles. – suplique nuevamente.
Pero a ella poco y nada le importo mi pedido. Continúo leyendo cada una de las hojas. Me acerque a ella para quitárselos, pero rápidamente elevo su vista hacia mí. Parecía que había visto un fantasma.
Si, era un maldito fantasma comiéndose el cuerpo de mi novia en silencio.
- ¿Por qué dice leucemia? – balbuceo.
- Lola...
Ambos quedamos en silencio cuando escuchamos la voz de Luna. Voltee a verla, apenas se podía mover. Me acerque a ella para ayudarla a acomodarse en el sillón, me helaba el cuerpo saber que por minutos se encontraba tan agotada y con tan poca vida. Mi luna de vez en cuando se desaparecía.
- Estoy bien. – susurro con una pequeña sonrisa.
- Lo sé. – asentí con seguridad.
Luna observo a su pequeña hermana, aún mantenía su pequeña sonrisa en el rostro, pero poco a poco note que sus ojos mieles comenzaban a ponerse rojos.
- No...
La voz con angustia de Lola retumbo todo el lugar, aunque fuera un susurro poco audible.
- Ven. – suplico Luna.
- No. – comenzó a negar la más pequeña de las Morales.
- Ven, lola, hablemos.
Por un momento observe con suplica a lola, su hermana poco y nada podía hacer algo más que hablar. Lola, aunque cargaba consigo una gran rebeldía, termino por acceder al pedido de Luna. Se acercó a ambos con miedo y se sentó en la pequeña mesita.
Luna suspiro y me observo de reojo, sabía que comenzaría a decir la verdad. La situación comenzaba a desbordarse y los necesitaba, nos necesitaba a todos.
Me acerque a ella y bese su frente antes de que comenzara a hablar. Estaba ahí, estaría hasta que "el" o "ella" desapareciera por fin. Me quedaría, aunque todo se volviera oscuro.
- ¿Por qué dice leucemia? – susurro Lola.
- Porque tengo leucemia. – luna la observo por unos minutos.
- ¿Qué?
Lola se encontraba demasiado impactada frente a esta cruel noticia. La entendía, estuve de ese lado y me costó, me costaba aun procesar esa información.
- ¿te vas a morir?
- No, lola.
Esa palabra me hacía sentir demasiados escalofríos. Me daba terror.
- Luna, no se va a morir. – aclare.
- Estoy haciendo el tratamiento. – aseguro su hermana – no me voy a morir, no me voy a ir de aquí...
- Pero ¿Por qué? Tu nunca tuviste nada, ¿Por qué te sale esto? ¿Por qué?
Lola se tapó el rosto con sus manos, luna me observo por unos minutos y suspiro. Tomo las manos de lola para que la observara. Limpio su rostro con lentitud.
- Supongo que es algo que debo de pasar... - movió sus hombros como si nada – estaré bien, te juro que no voy a morirme.
- Pero es leucemia, es
- Es una enfermedad, como cualquier otra. Es como cuando nos duele la panza.
- Esto no es un dolor de panza, no es cualquier cosa, Luna. – hablo molesta – No disfraces la situación, esto no es cualquier cosa...
- Está bien. – susurro Luna – Lo entiendo, no es cualquier cosa...
- No quiero que te mueras, Luna... no quiero que me dejes sola. – murmuro – no quiero quedarme sin ti, aquí.
- Y si no estoy aquí, está la luna...
Ella solo me observo de reojo, mi corazón comenzó a palpitar tan fuerte que no quería que escuchara que me dolían sus palabras.
- La luna jamás los va a abandonar, ella los va seguir a donde quieran ir... y esa voy a ser yo. – sonrió con demasiada tranquilidad.
Pero poco a poco, su sonrisa desapareció. El tiempo por unos instantes se detuvo y ella entro en una especie de transe.
- Yo tampoco quiero morirme...
Vi una gota salada recorrer la estructura de su cara, todo dolía y nadie quería asumirlo.
- Tampoco quiero dejarlos y tengo miedo. – confeso – Tengo demasiado miedo, tengo a la muerte respirándome en la nuca día y noche. Tengo un campo de batalla dentro de mí y los tengo a ustedes...
- Somos tus soldados... – murmure.
- Son como las estrellas en el cielo. Sin ustedes, la luna no se vería tan bella como lo es. – acaricio mi mejilla, mientras tomaba la mano de Lola con fuerza – no me dejen sola... no dejen que me rinda, por favor.
- jamás vamos a dejar que te rindas. – asegure.
Lola se sentó a su lado y se acurruco a su lado tomando su brazo con fuerza. Abrace a Luna por sus hombros, bese su frente y sonreí como pude. Sus palabras me habían hecho sentir miedo por primera vez en tanto tiempo. ¿Y si no ganábamos? ¿Y si cada cosa planeada a su lado no se haría realidad? No quería asumir que el destino tenía todo escrito para nosotros, quería creer que el que tenía el control era yo y no el maldito tiempo, ni una maldita enfermedad.
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Amor clasificado - Juan Pablo Villamil
FanfictionUna lista, una publicación en una red social como si fuera el clasificado del diario... para encontrar un amor, para viajar a la luna y quedarnos por siempre ahí. Todos los derechos reservados. QUEDA PROHIBIDA su copia u adaptación de cualquiera de...