.47. FINAL

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Gruñí con gran molestia. Mi cabeza dolía tanto, parecía que me habían pateado entre varias personas. Abrí mis ojos con lentitud, la luz me impedía focalizar bien.

Lleve mi cabeza a uno de mis costados, había una bolsa colgada a mi lado. Intente mover mi mano, pero poco podía hacerlo. Eleve mi cabeza para observar el porqué, me habían atado a la camilla y por lo que lograba identificar me encontraba en el hospital.

- ¿Hay alguien? – eleve mi voz intentando llamar la atención.

Comencé a aumentar mi respiración, estaba a un paso en romper con las cuerdas. Una y otra vez recordaba cómo se había ido y solo quería ir a buscarla.

- ¡Papo!

La voz de Simón hizo que volteara a verlo, detrás de él se encontraba Isaza junto a Martin. Los tres me observaban con seriedad.

- ¿Cómo te encuentras? – murmuro Isaza.

Los tres se acercaron a mí, mientras intentaba soltarme de aquellas ataduras.

- Quiero que me suelten. – gruñí con seriedad.

- No podemos hacerlo. – negó simón con seriedad.

- ¡Quiero que lo hagan! – eleve mi voz – ¡tengo que buscar a Luna!

Los tres relajaron sus rostros al escuchar su nombre. Parecía que escuchar sobre ella solo era motivo de impacto. Yo quería que volviera, quería que estuviera aquí porque debíamos vivir la vida que habíamos jurado tener. Nuestros hijos no podían quedarse con solo un nombre o en mismísimo olvido. 

- Tengo que ir a buscarla, debo traerla conmigo. – intente levantarme de la cama, pero las malditas cuerdas me impedían salir de ahí - ¡Ay por favor! ¡Desátenme!

- Villa, ¿recuerdas lo que te sucedió? – pregunto Martin con gran preocupación.

Lo observe por unos instantes. Recordaba que ella me había dicho adiós y todo se había vuelto negro. Otra vez.

- Te encontraron diciendo incoherencias alrededor de la tumba de Luna. – comento Simón con seriedad.

- Villa... - Isaza se tornó preocupado – Luna está muerta hace ya dos años.

- Amigo, esto es serio. – simón se acomodó sus gafas con seriedad – no puedes estar haciendo estas cosas. Nadia se encuentra demasiado preocupada por ti y tú sigues atado a Luna, ¿de verdad?

- Papo, eres padre... tienes una familia. – me recrimino Martin con seriedad – a Luna no le gustaría verte de esta manera.

- Asume de una buena vez que ella está muerta. – Simón suplicaba – Sé que es difícil y que es el amor de tu vida, pero ahora, Nadia esta en tu vida y tienes una hija que te necesita... no le haga esto por un capricho.

- ¿Un capricho? – abrí mis ojos con sorpresa frente a su comentario.

- No lo quise decir de esa manera... - se retractó con rapidez – solo quiero decir que es un capricho pretender que Luna vuelva cuando se encuentra muerta.

Simón salió de la habitación dejándome solo junto con Isaza, ya que Martin siguió a su hermano en silencio. Cerré mis ojos e intenté llamarla, pero simplemente mi cabeza se bloqueó con su adiós.

Observé el techo por unos segundos y luego de reojo vi a mi amigo, quien tomo asiento a mi lado. Suspiro y con negación me observo.

- Ayúdame. – suplique – Solo quiero ir a buscarla.

Amor clasificado - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora