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Villa tomo de mi mano y tironeo para que ingresara junto a él, al gran estadio. Observaba todo con sorpresa, pegada a su cuerpo por el gran escalofrío que sentí. El ambiente estaba frio, más bien, yo lo sentía.

- ¿Sientes frio? – murmuro.

Voltee a verlo, su curiosidad y preocupación era demasiado grande.

- Solo un poco... - moví mis hombros, pero continúe observando el gran lugar.

Se detuvo unos minutos y haciéndome voltear a él, me observo expectante. Termino por hacer una mueca de sonrisa y se acercó un poco más para poder acomodar mi pañuelo de flores que tenía. Había dejado por hoy los "Stich", quería estar un poco más presentable con los demás.

- Ahora cubre toda tu cabeza. – murmuro y me observo a los ojos – se ve hermosa.

Reí bajando mi mirada a mis pies, me había puesto mis botas con pelusa adentro, mis pies cada vez estaban más helados que de costumbre. Sentí sus labios sobre mi frente por unos minutos, era tan cuidadoso. Sentía que tenía miedo de lastimarme y me trataba como lo más frágil que había en sus manos.

Por unos instantes se mantuvo así, en mi piel. El ruido de un clic hizo que se alejara de mí, eleve mi vista hacia la chica llamada Nadia, trague saliva al verla. Comencé a sentirme pequeña, porque ella estaba sana y vital.

Yo apenas me sentía bien.

Ella sonrió para ambos y luego vio su cámara.

- Se ven muy lindos. – comento para luego vernos con su sonrisa enorme.

Villa me observo con una sonrisa y yo solo intente con todas mis fuerzas hacer lo mismo, por él. Volvió a tomar mi mano con firmeza.

- Luego me la mandas. – suplico mi novio.

- Hare algo mejor... - aseguro la rubia, divertida.

Los tres comenzamos a caminar hacia el gran escenario. Quería llorar, quería irme de aquí, pero le había prometido estar con él y disfrutar de estos momentos.

- ¿Qué cosa? – escuchaba la voz animada de villa hablar con ella.

- La imprimiré y se la regalare. – hablo con seguridad Nadia.

- Que sea tamaño extra grande, por favor. – suplico villa.

- ¿No quieres que empapele tu pared, por si acaso? – bromeo.

- No sería una mala idea, ¿no amor?

Voltee cuando me llamo, quería no estar al pendiente de lo bien que se llevaban y que quizás, si me moría, ella sería una buena novia para él.

¿Pero qué cosas estúpidas estaba pensando? Yo no iba a morirme, pronto iban a operarme y eso me daba demasiadas expectativas de vida. Mis malditos celos siempre me traicionaban y ahora, con mi calves, sentía que era otra persona y no la misma Luna de la cual él se había enamorado.

- ¿Qué? – susurre.

El frunció su ceño aun con su sonrisa en el rostro.

- Que quisiera la foto que nos sacó Nadia para empapelar la sala. – comento.

- ¿empapelar? Villa, quizás un cuadro estaría bien. – comente y suspire intentando sonreír.

Caminé un poco más y me senté en una de las sillas frente al escenario. Poco a poco aquella extraña sensación de sentirme inferior me comenzó a atacar nuevamente. ¿Por qué debía sentirme de esta manera? Pensaba que había superado aquel beso, pero notaba que poco a poco me consumía.

- ¡luna!

Note que Nadia tomo asiento a mi lado como si nada. Me quede en silencio, no sabía que decir en estos precisos instantes. La rubia solo suspiro y note que agacho su mirada a su cámara.

- Quería hablar contigo...

- ¿sobre qué? – comencé a balbucear del miedo.

- Solo quería pedirte perdón por el beso que viste aquella vez entre villa y yo.

La observe de reojo, ella de verdad se sentía apenada por eso.

- No debes disculparte, en ese tiempo él y yo no estábamos juntos. – comente con sinceridad.

- Si debo hacerlo y ¿sabes por qué? Porque yo sabía que él estaba enamorado de ti y solo quería ver si tenía una oportunidad, pero me di cuenta que no y ahora menos....

Fruncí el ceño cuando murmuro lo último. Voltee a verla esperando una respuesta, pero sus ojos se mantenían en aquella cámara. Sonrió y me entrego la cámara. Mi rostro se relajó lentamente, mi corazón termino por derretirse frente a tanto amor en una sola foto. Villa había dicho empapelar la sala con esta imagen y en mi mente solo quería tatuármela en el cuerpo.

- De verdad que se ven hermosos en esa foto... - murmuro.

Eleve mi vista hacia ella que mantenía una sonrisa enternecida. Nadia parecía ser un ser especial.

- Gracias.

- ¿Gracias? ¿Por qué? – frunció el ceño confundida.

- Por esta foto y... no debo perdonarte nada.

- Gracias Luna, eres una buena chica. – acaricio mi mejilla con delicadeza – y ahora, ¿quieres acompañarme a sacar fotos a esos rolos?

Reí levemente y asentí levemente.

(...)

Entre todo lo que había ensayado, las caras de villa mientras cantaba y las risas que hubieron de por medio se había pasado casi todo el día. Suspire y me acerque a mi novio, que dejaba su banjo a un lado y luego volteaba a verme con su hermosa sonrisa de niño.

- ¿y? – pregunto con curiosidad.

- Y ¿Qué?

- ¿Le gusto?

- ¡Me encanto! – hable con emoción – será un gran show y...

Me acerque aún más a él.

- Me encanta como suena nuestra canción. – asegure en un susurro.

- A mí me encantas tú. – confeso.

Besé sus labios y sonreí al alejarme de él. Me abrazo con fuerza y beso mi mejilla haciéndome reír, su barba me daba costilla. Tenía mayor sensibilidad en el cuerpo.

- Mi amor, te encuentras demasiado caliente. – hablo con demasiada preocupación - ¿te encuentras bien?

- Si, solo tengo frio. – me acurruque aún más en su pecho.

- Mi amor, de verdad, esto no es normal. – aseguro.

- Claro que sí. – me aleje con el ceño fruncido – me encuentro bien, mi amor.

- ¡Papo!

Él se notaba demasiado preocupado, pero rápidamente volteo a ver hacia Isaza y note que asintió. Volvió a mí y sonrió como pudo, beso mis labios con lentitud.

- Ahora vuelvo. – susurro.

Lo vi irse por unos minutos y luego volteé para caminar al final del gran escenario. Era gigante, tan grande como la galaxia. Sonreí pensando en cómo sería ese concierto, jamás había estado en uno de Morat y moría por disfrutarlo por primera vez, aunque sea, detrás de la tarima. Suspiré y me detuve al ver a Martin frente a mí.

Sonreí y por un momento mi cuerpo dejo de responder termine por escuchar mi nombre una y otra vez. Mi mundo se volvió oscuro y la luna dejo de brillar hoy. 



Perdón por este capitulo aburrido pero tan necesario.

Amor clasificado - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora