Amor clasificado - Juan Pablo Villamil

.5.

Narrado por Luna Morales

- ¡Adiós Apolo! – bese la cabecita del pequeño cocker – los veo en una semana.

Elevé mi mano hacia sus dueños y suspirando satisfecha iba a volver a ingresar a mi pequeño consultorio, pero fruncí el ceño cuando vi a Villa sentado frente a la puerta.

- ¿Qué haces aquí? – aún mantenía mi ceño fruncido, pero termine por sonreír.

Él se levantó del asiento y se acercó a mí.

- Me debes algo. – aclaro.

- ¡Ah! – abrí mis ojos con sorpresa – de hecho, el consultorio de quien buscas está un poco más allá. – señale el final del pasillo.

- Nadie vino por su amiga, vine por usted.

- ¿por mí? ¿y a que debo ese honor? – bromee e ingrese a mi pequeño consultorio para ordenar.

- Quería invitarte a tomar un helado. – comento como si nada.

Parpadeé y sentí algo dentro de mí, mi corazón comenzó a palpitar de forma extraña y no estaba dispuesta a ceder a ese sentimiento otra vez. Voltee y lo observe con seriedad.

- ¿quieres que te ayude a buscar una novia? – pregunte con curiosidad.

- ¡No! – negó rápidamente – es decir, solo quiero salir con mi amiga.

- ¿somos amigos? – sonreí levemente.

- Claro. – llevo su mano hacia mí con su mano haciéndose un puño.

- Pero te puedo ayudar, ¿no?

- Luna. – rodo sus ojos verdes.

- Era broma. – choque puños con el – Acepto el helado, aunque quiero que sepas que también soy fan de la comida chatarra...

- Espero que no le guste la hamburguesa de pollo. – hablo con asco.

- ¡Diu! – hice la misma cara que el – es una ofensa.

- ¡Lo sé! – hablo dándome la razón – lo mismo digo.

- Bien, déjame que termino de ordenar y podemos ir por el helado. – sonreí.

Termine de acomodar y lavar las cosas que había utilizado con mi pequeño paciente de cuatro patas mientras villa hablaba de cosas sin sentido que me hacían reír demasiado. Era agradable, era un sentimiento extraño lo que sentía, pero podíamos llegar a ser grandes amigos. Al finalizar tome mi mochila y ambos salimos de la clínica veterinaria.

Caminamos unas cuantas cuadras mientras hablábamos de cualquier cosa que se nos ocurría hasta que me detuve en seco cuando vi a una pareja besándose. Mi corazón se rompió un poquito más de lo que ya estaba.

- Luna, ¿sucede algo? – villa preocupado me pregunto.

Tragué saliva y sentí como mis lágrimas comenzaron a caer frente a aquella escena. Señale como pude y luego suspire volviendo mis pasos hacia atrás.

- Luna – sentí que tomaba de mi brazo – Ey...

Se puso frente a mí, no podía observarlo a los ojos porque me dolía aún. A pesar de los meses, tenía la esperanza de volver con él.

- ¿Qué sucede? – villa llevo sus manos a mis mejillas para que lo observara.

- Era Marcos con alguien más. – susurre.