.14.

1.2K 102 93
                                    

Los días pasaban y a esta altura preguntar por el me parecía algo tan fuera de lugar. Se había alejado y no sabía el porqué, si había hecho algo mal o simplemente su relación lo llevo a aislarse completamente de mí.

No quería preguntar si esa chica era su novia, ni tampoco si estaba bien porque hasta un punto me dolía.

Mi relación era un caos, la mayoría del tiempo Marcos se enojada y me dejaba llorando. Pero eso no debía de sorprenderme, era lo común de nuestra relación en estos últimos años.

"nos vemos para almorzar, no llegues tarde y por favor ponte algo de perfume"

Rodee mis ojos y tire el teléfono hacia un costado cuando leí aquel mensaje de Marcos. Me incline hacia la mesada y suspire agotada. No sabía en qué momento terminé por declararle mi amor a Villamil, en que momento caí rendida a sus pies.

Mi teléfono comenzó a sonar nuevamente, lo tome con gran desgano. Juraba que si era Marcos iba a estrellarlo contra la pared.

- ¿diga?

- ¿Luna Morales? – del otro lado la voz de una mujer adulta se escuchó.

- ¿si? – fruncí el ceño volviendo a mi postura normal.

- Le hablo del colegio, quisiera saber si puede buscar a su hermana Lola...

- ¿le sucedió algo? – rápidamente comencé a tomar mis cosas para Salir de mi consultorio.

- Su hermana se peleó con otra de sus compañeras de curso.

Detuve mis pasos y cerré mis ojos con fuerza.

- Estoy en camino.

Me maldije mientras iba camino al colegio. Lola poco y nada me hablaba. Después de enterarse de mi vuelta con Marcos había decidido optar por la maldita ley de hielo y ahora que no se encontraban nuevamente mis padres por la ciudad, convivía sola.

Al llegar camine hacia la dirección. Toque la puerta con timidez, no sabía cómo ponerme autoritaria frente a las autoridades. La puerta se abrió dejándome ver a la directora, hice una mueca de sonrisa, pero solo quería salir corriendo de ahí.

- Qué bueno que llega. – murmuro y volteo para volver a su lugar.

- Si, lo lamento. – cerré la puerta detrás de mí.

- Quiero avisarle que su hermana se encuentra ¡suspendida! – elevo al final su voz.

- ¿se puede saber el motivo? – enarque mi ceja con seriedad.

- Por golpear a una de sus compañeras....

- ¡Ella me provoco! – lola rápidamente se defendió.

- ¡Pero no era necesario el golpe! – la directora volvió a recriminar.

- Bueno... - suspire – quédese tranquila, yo me encargare de hablar con ella.

Suspire observándola de reojo. Lola solo rodo sus ojos y murmurando se levantó tomando su mochila y salió de ahí como alma que lleva el diablo.

Camine tras ella en silencio, estaba furiosa con su accionar. Cuando ambas ingresamos al auto suspire notoriamente, ella solo se encontraba con los brazos cruzados observando al frente. Al ver que no quiso hablar de nada encendí el auto para poder ir camino a nuestra casa.

Ya a esta hora, el almuerzo con Marcos se había cancelado en mi agenda y no me importaba en absoluto.

De reojo observe a Lola.

Amor clasificado - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora