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Camine hacia la puerta de la habitación de mi hermana, pensé si debía hablar con ella o quizás dejar que se enterara luego de lo de villa. Voltee para irme, el teléfono comenzó a sonar. Verónica me necesitaba en la veterinaria un día sábado, de urgencias.

- ¿Luna?

Detuve mis pasos en el primer escalón. Volteé a verla e hice una pequeña sonrisa, de su parte solo hubo seriedad. Volví hacia ella y suspiré.

- ¿te encuentras bien?

- Si, solo... quería contarte algo. – hice una mueca de sonrisa.

- Espero que no sea del imbécil de Marcos. - rodo sus ojos mieles e ingreso a su habitación.

Pensé unos segundos, tenía una extraña corazonada que había algo más y ella siempre quería decírmelo. La actitud de villa por la mañana también había sido algo que me llamo la atención. Ingrese a su habitación y tome asiento en su cama, la observe buscando en su armario ropa.

- Bien... - volteo a verme con seriedad - ¿Qué es lo que quieres decirme?

- Hmm... - rasque mi cuello con nerviosismo – anoche en la fiesta de Laura, pelee con Marcos...

- Luna, dime algo que no sepa. – puso sus manos en la cintura con seriedad

- Con Villa nos amamos. – hable con rapidez.

- ¿Qué?

Tapé mis oídos frente al grito de mi hermana, me había destrozado los tímpanos frente a su sorpresa y eso que no confesé aun que había pasado la noche con él. Asentí y lentamente abrí mis ojos para observarla. Ella comenzó a formar una sonrisa.

- ¿Sabes cómo se llama eso, Luna?

- ¿el efecto Villamil? – reí levemente.

Ella lanzo una risa tan hermosa, había extrañado escucharla. Suspire y baje mi mirada al suelo. Era tan reconfortante admitir que estaba enamorada de él, que mi hermana se encontrara feliz por eso.

- ¡Al fin nos libramos del parasito de Marcos! – comenzó a bailar con felicidad.

- Bueno, con respecto a eso... - murmure, ella se quedó quita y su rostro comenzó a relajarse – aun no termine con él, Lola... pero, primero debo irme a la veterinaria y luego iré a terminar con el – sonreí.

Ella suspiro y asintió luego de eso. fruncí el ceño con gran preocupación.

- Lola... ¿hay algo que quieras contarme?

Mi hermana me observo a los ojos y mordió su labio inferior. Jugo nerviosa con sus manos, eso lo hacía cuando el nerviosismo la consumía.

- Nada. – negó rápidamente – solo, procura terminar con Marcos... quiero que villa sea mi cuñado. – volvió a observar su armario

- ¡lola! – me levante de su cama llamando su atención – tan solo dime que es lo que querías decirme sobre Marcos, prometo escucharte...

- ¿Qué ganaría con eso? – volteo rápidamente – tú ya estas enamorada de villa y lo que a mí me haya hecho o lo que yo haya visto ya no importa...

- ¿Qué? – susurre con gran sorpresa.

Mi corazón comenzó a palpitar de forma acelerada.

- Yo...

- ¿Qué te hizo, Lola? – susurre, mi respiración comenzó a hacerse más notoria.

Amor clasificado - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora