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Narrado por Luna Morales

Los meses pasaban y por cada día que corría era una nueva aventura junto a villa. Prácticamente vivía con él, estábamos la mayoría del tiempo juntos y cuando así no sucedía era por nuestro trabajo.

El con sus cortas giras y hasta a veces duraban un poco más de la cuenta y la mía, en salvar animales de la crueldad humana o quizás traerlos a la vida, también. Todo iba muy bien, demasiado que me parecía irreal.

- Tijeras. – murmure.

Me encontraba en cirugías, salvando a un perrito de una hernia que se encontraba apretando sus pequeños intestinos.

- Tijeras.

Eleve mi vista e intente tomar la tijera, pero simplemente no pude. Mi cabeza comenzó a dar vueltas y la vista nublarse.

- ¿Luna? ¿Te encuentras bien?

Alex me hablaba con un tono de preocupación, pero simplemente no tenía noción de donde me encontraba. Comencé a tambalearme, el latido de mi corazón aumento y lo próximo que sentí fue un fuerte golpe en la cabeza.

- ¡luna!

Parpadeé y molesta fruncí el ceño cuando vi como mis amigos ponían el algodón sobre mi nariz.

- ¿Qué hacen par de imbéciles? – murmure.

- Intentado hacer que despierte. – Luca continúo poniendo aquel alcohol en mi nariz.

- ¡Y despertó más cabrona que antes! – bromeo Alex.

- Dios... - murmure sentándome en la camilla - ¿Qué me sucedió?

- Te desmayaste en plena cirugía. – comento Luca – no te preocupes lo terminamos por ti.

- Contigo ahí tirada. – comento Alex.

- Que buenos amigos resultaron ser. – rodee mis ojos.

- ¿te encuentras mejor?

- Me duele la cabeza. – toque mi cabeza.

- Y no es para menos, tu cabeza reboto en el suelo. - comento Luca, suspiro y me observo un poco más.

- ¿Qué? – pregunte con curiosidad.

- ¿Te encuentras bien?

- Luca, acabas de preguntarme lo mismo. Me encuentro bien

Baje de aquella camilla y camine hacia la puerta.

- ¿no te encuentras embarazada? – pregunto Alex.

- ¿Qué?

Voltee a observarlos con sorpresa. Lo que menos habíamos planeado ahora con villa era un hijo porque en definitiva era una decisión que habíamos determinado tomarla juntos.

- Eso. – murmuro Luca con curiosidad – tu desmayo no es normal.

Fruncí el ceño y negué rápidamente. No podía pensar en eso ahora, observé mi reloj y vi que era la hora de buscar a mi hermana en el colegio. Les regalé un "fuck you" a ambos y en medio de las risas desaparecí de ahí.

(...)

- ¡hola!

Lola ingresaba de repente haciéndome saltar en el asiento. Aun sentía aquel terrible golpe en la cabeza. Hice una mueca de sonrisa para ella, pero termino por observarme un poco más.

Amor clasificado - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora