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Narrado por Juan Pablo Villamil

Tome la mano de luna una vez que bajamos del auto. Fuimos con lentitud hacia el lugar en donde su prima Eugenia y ahora ya su esposo, Víctor, festejaban su casamiento. La observaba de reojo, su vestido color vino satinado, su media cola y su maquillaje leve, la hacían ver demasiado tierna y adorable bajo la gran luna de la noche.

Sentí que apretó fuerte mi mano, pude notar que su cuerpo comenzó a tensarse. Por curiosidad, lleve mi vista a que era lo que veía y era el mismísimo Marcos en el mismo lugar. La abrace por los hombros y bese su coronilla.

- Estoy aquí. – susurre.

- Lo sé. – comento ella y luego beso mi barbilla con ternura.

Nos sentamos en la gran mesa junto a sus abuelos, sus padres y Lola quien había decidido sentarse cerca de mí y tomaba a cada rato el cuchillo por si Marcos intentaba acercarse a mi o a su hermana.

Por un largo rato estuvimos llenos de risas, la familia Morales era una gran familia. Por un momento me levante a la barra, iba por una cerveza para Luna y para mí.

- ¡Villa!

Volteé con rapidez y sonreí al verla.

- ¡Nadia! ¿Qué haces aquí?

- Trabajo. – mostro su cámara con una sonrisa.

- Pensé que estabas en la gira de Aitana...

- Sí, pero mi abuelita se enfermó... - movió sus hombros – y tuve que volver ya que nadie se quería hacer cargo de ella.

- Lamento eso. – murmure.

- Y ¿tu? ¿Qué haces aquí? – volvió a sonreír

- Vine a acompañar a mi novia al casamiento de su prima...

- ¿novia? – abrió sus ojos con sorpresa - ¡vaya! No pensé que tu lista se cubriera tan rápidamente...

Me quede en silencio frente a eso y poco a poco mi ceño se comenzó a fruncir intentando entender de donde sabia.

- La historia de Isaza... - señalo con su dedo índice.

- ¡claro! – me golpee mentalmente.

Había olvidado que aquel sin vergüenza me había expuesto sin permiso.

- Lo olvidaste ¿verdad? – frunció el ceño con diversión.

- No voy a negarlo. – ambos reímos frente a eso.

- ¡hola!

Voltee a ver rápidamente a Luna que se puso a mi lado. Su mirada se encontraba tan extraña, entre la confusión y su sonrisa estaba seguro que intentaba encontrar las respuestas a esta situación.

- Lunita, ella es Nadia. – sonreí para mi novia mientras señalaba a la rubia – es la fotógrafa de la banda.

- ¡ah! Hola. – sonrió un poco más, parecía estar en shock. Extendió su mano de forma cordial.

- Nadia, ella es Luna, mi hermosa novia. – sonreí con emoción mientras la abrazaba por los hombros.

- ¡al fin conozco a quien contesto el aviso de clasificado! – la rubia bromeo.

- Si... el aviso de clasificado. – murmuro con una sonrisa Luna.

- ¡bien! Creo que debo seguir con mi trabajo. – comento Nadia al ver que Luna no dio demasiada comunicación con ella – que disfruten la noche. ¡Adiós!

Amor clasificado - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora