Observe hacia la ventana mientras la enfermera picaba otra vez mi brazo. Iba a estar un par de largos minutos sobre el sillón marrón observando el cielo azul que cubría la ciudad.
Otro día mas que debía luchar contra extraños dentro de mí, poco a poco sentía el cansancio, pero sabía que no podía rendirme.
Sentí su piel sobre la mía y volteando a verlo sonreí cuando se sentó a mi lado. Su mano se aferró a la mía y se inclinó a besarla con delicadeza. Era reconfortante tenerlo a mi lado, no estaba tan mal saber que él me ayudaría.
Sonreí recostándome un poco más, el solo acomodo mi cabello rebelde y sonrió con demasiada tranquilidad.
- ¿Cómo te sientes? – murmuro.
- Duele el pinchazo... – susurre – pero no tengo síntomas hasta luego de que todo eso – eleve mi vista a la bolsa con los fármacos – se termine.
- Espero que se termine pronto.
- ¿La bolsa? Solo en media hora termina...
- No. – negó con lentitud – no hablo de la bolsa, hablo del cáncer.
Lentamente mi sonrisa se fue desvaneciendo. Él estaba del otro lado de la vereda y sabía que el sufría más que yo en estos momentos. Suspiré y apretando mis labios asentí dándole la razón. Quería sanarme, quería que mi sangre estuviera sana. Quería tantas cosas, pero debía ir afrontándolo poco a poco.
- Esa es nuestra meta, ¿no es cierto? – susurre observándolo.
- Esa es nuestra meta. – me regalo una pequeña mueca de sonrisa, de esas tiernas que solo el podía regalarme.
- Espero sanarme para no tener que obligar a mi familia a pasar por esto...
- ¡luna! – hablo con molestia – deja de alejarnos, ellos son tu familia y yo soy tu novio...
- ¿lo eres? – fruncí el ceño con diversión – que yo recuerde, termine contigo hace...
- ¡No me cambie de tema jovencita! – hablo con total autoridad – tu eres mi novia, eso no sucedió y ¡fin de la discusión!
- Tienes razón. – reí levemente.
- Pero debes decirles la verdad a tus padres, a lola...
Relaje mi rostro cuando escuche el nombre de mi pequeña hermana. Eso había sido un cuchillo filoso incrustarse en mi corazón. Sentí una pequeña angustia dentro de mí al recordarla.
- Sé que te duele... pero no los alejes como lo hiciste conmigo.
- Lo se... - susurre bajando mi mirada, me arrepentía demasiado de haberle hecho esto.
- ¡Ey! – lo observe de reojo – te amo.
- Yo también te amo. – sonreí
Me acerque un poco más a él y acomode mi cabeza en su hombro unos minutos. Sentirlo cerca era placentero. Había extrañado su aroma a galletas y su perfume tan varonil. En silencio nos mantuvimos la mayoría del tiempo, aunque por algunos segundos lo escuchaba tararear un sonido encantador de alguna canción desconocida.
El tiempo con el pasaba rápido.
Cuando la bolsa había finalizado la enfermera nuevamente ingreso a la habitación y me quito la aguja en mi brazo. Villa me ayudo a colocarme el saco que había traído conmigo y cuando intenté levantarme de aquel sillón volví a sentarme ya que la cabeza me comenzó a dar vueltas.
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Amor clasificado - Juan Pablo Villamil
FanfictionUna lista, una publicación en una red social como si fuera el clasificado del diario... para encontrar un amor, para viajar a la luna y quedarnos por siempre ahí. Todos los derechos reservados. QUEDA PROHIBIDA su copia u adaptación de cualquiera de...