Episodio 8

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El timbre indicó el horario de entrada a los salones. Mi falda con bolados rosa, y mi pequeño chaleco a cuadrille, en conjunto con la blusa rosa pastel me parecían cómodos.

Me había echo bucles, y había maquillado naturalmente. Todos los que pasaban por mi lado me observaban detenidamente, mayor aún los de primer año que ingresaban nuevos.

Me parecía extrañado que todos posaran la atencion en mí, sí soy linda, pero no para captar la atención hasta de los barre pisos.

Todos parecían estupefactos con mi presencia.

Tomé la decisión se ignorarlos y entrar a la clase de ciencias, que era la que me tocaba a primera hora.

Luego me tocaba historia.

Al entrar divise a Billy en mi lugar, sonreí acercandome a el, pero su ceño fruncido me confundió. Una vez a su lado, hablé.

-¿Porqué esa cara Billy?. Reí cómo chiquilla de siete años. El fruncio aún mas el entrecejo.

-No creía que eras el tipo de chicas de falditas. Alzo las cejas ahora sonriendo.- Pero dejame decirte que te van de maravilla, esas piernas...

-Buenos días. La profesora Guipúzcoa acababa de entrar en la sala. Traía un pequeño microscopio en sus manos junto a un gran libro. Bufe. De seguro, tenía mucha tarea preparada para hoy. Saqué de mi bolso un gran cuadernillo, junto a mi lapicera rosa de glitters. Si algo de brillo necesitaba esta materia. Billy río a mi lado.

-Thea... ¿Estás bien?. Susurró. Gire a verlo extrañada, pues claro que estaba bien.

-Sí, ¿porqué?. Sonreí. El nego con la cabeza y comenzó a anotar los apuntes que la profesora sin darme cuenta ya había anotado en el pizarrón.

Comencé a anotar también cuándo unas voces lograron mi atención.

-Un poco tarde, Señor Michels.

-Lo siento, no volverá a ocurrir. Al levantar mi vista, mis ojos se conectaron con los suyos, verdes claros que entonaban demasiado bien con su piel blanca. Parecía muñeco de un pastel. Reí interiormente por mi pensamiento.

Pero sus ojos me miraban con enojo.

Se sentó frente a Billy, en los asientos del costado y tiró su bolso, con fuerza sobre los asientos.

La profesora quitó sus anteojos mirandolo con escepticismo, al ver que Terrens sólo le devolvió una mueca, esta suspiro volviendo a lo suyo en el pizarrón.

-¿Que le pasa?. Le sururre a Billy. Este nego con la cabeza y acerco sus labios a mi oído.

-Amor.

Frunci mis labios antes de volver a hablar.

Pero Billy se me adelantó.

-Le pasa siempre, es muy usual en él, enamorarse de la que no es para él. Su tono era algo egocéntrico, parecido al de todos los chicos aquí. ¿Pero que estoy pensando? En mis pensamientos nunca se cruzan más de dos palabras juntas.

-Oh,¿ y quién dice que ella no es para él?.

¿De quién hablamos?. Por alguna extraña razón, mi estómago ardía.

-Eso no puedo decirtelo, arruinaria mis planes.

Asenti perdida en el pizarron. Tome mi pluma rosa con glitters y comencé a anotar todo lo que había escrito la profesora en quince minutos, ¿Cómo hacía para copiar tan rápido?.

-Haré grupos. Anunció de golpe la profesora. Todos en la sala comenzaron a gritar entusiasmados.-Pero los elegire yo. Y seran de a tres.

Un abucheo resono dentro del salon. La profesora puso su mejor cara de perro y todos callaron.

Two Pieces ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora