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CAPÍTULO 51

    ― ¿Pensabas decirnos el por qué a tanto problema, Terrens? – su voz llegó hasta mis oídos mientras dejaba de afinar la última guitarra comprada con mis propios méritos.

Los ojos de Daniel se posaron en los míos mientras trataba de formular el entendimiento a tanto problema causado en el mes anterior. En el cuál me había encontrado lo suficientemente sumergido en mierda cómo para poder concientizar con suficiencia.

Los demás se encontraban bebiendo de sus cafés expresos, y el ambiente conservaba ése toque de tensión que cada vez se presentaba a la hora de disponer de las nuevas canciones. El gesto de cansancio de Axiel me hizo concientizar el tiempo que nos encontrábamos allí dentro, tomando los pretextos necesarios para poder deslizarnos de aquella reunión, sin motivos para ser advertidos de algún castigo. Dubter maniobraba su nuevo I phone, mientras que Billy conversaba junto con Holuk. Jake solo bebía un jugo mientras acababa sus nachos con queso.

Intenté acomodarme en la mullida silla giratoria, arreglando los costados de mi camisa, y colocando la mejor mirada de suficiencia frente a nuestros directores. No había cosa mejor, que desafiar a aquellos hombres que pensaban que éramos su carne fresca. Tal cual títeres con cuerdas dispuestos a hacer cualquier cosa por dinero, o por una sola pizca de fama. ― Sólo pretendía pasar por desapercibido, rey, no hay problemas. – formulé omitiendo por completo la manera en la que me había colocado sólo por el desprecio de Thea.

― Mira, chico. Esto es un comercio muy grande, ¿Acaso sabes cuántos muchachos desearían estar en su lugar? Varias bandas, por más de haber salido a la fama, nunca fueron tan estrepitosas como la vuestra. Siéntanse agradecidos, por que han sido tocados por la varita mágica, nadie logra en un mísero mes lo que ustedes han logrado. Necesitamos que coloques de tu parte por igual, todos, poner un poco de cada uno para lograr lo que estamos buscando – Declaró el tipo de cabello canoso, que hoy era nuestro patrocinador dentro de la disquera. Asentí, sabiendo que en parte llevaba la razón.

*

La reunión había llegado a su fin, dejándonos libres del interrogatorio extremo al que tendría que estar sumido a asistir. Los muchachos comenzaron a caminar por los pasillos con prisa, Axiel se giró antes de abrir la puerta de salida, y sonrió, tocando uno de mis hombros con ánimo.

― Fiesta en casa de una de las amigas de Anastasia, ¿vienes? – Inqué ambas cejas, mientras negaba con la cabeza. ¿Fiesta? No tenía ánimos de fiesta, no había nada que festejar. Éste asintió, corriendo por la acera en dirección a los demás.

― Peliazul tratará de cortar cada parte de ti a la distancia – Grité, sonriendo. Axiel se volteó, dedicandome una de sus mejores sonrisas mientras seguía caminando junto a los demás.