Capítulo 20

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Narrador omnisciente.

Lo que Thea no sabía, era que durante esos cuatro días de no haber estado en su hogar las cosas habían cambiado muchísimo. También esas tres semanas que decidió pasar con su tía que se encontraba en florida. Necesitaba a alguien que la aconsejara después de esa experiencia vívida en Washington. Y su tía era la mas indicada para escucharla y aconsejarla, ya que su espíritu libre y joven siempre trataba de ayudarle en lo mejor a su sobrina.
Su hermano Luke se había ido de casa. Pero ella todavía no lo sabía. A causa de una gran pelea con su padre. Por fin Luke Micks había decidido decirle a su padre que lo suyo no era lo que su padre esperaba para su futuro.
El Dr Micks no soporto la idea de que su hijo se revelara de tal manera, generando una implacable pelea familiar entre su esposa y él.
Luke logro su concebido, llendose lejos de su familia por un largo tiempo, hacía el centro lejano de Boston. Alquilando un pequeño departamento para sí mismo, que pagaría con su empleo de medio tiempo que logro adquirir en el centro comercial.
Sus padres, luego de su partida. Se opacaron en pelear y discutir día y noche.
Olvidandose de que su querida hija de diecisiete años se encontraba muy lejos de su hogar.

Olvidando llamarla y preguntarle que tal se encontraba y cómo iba todo.
Las peleas fueron tan fuertes, que la señora micks no soportó la idea de seguir más años así junto a aquél hombre que era su esposo. Y que últimamente lo veía cada vez menos a causa de su trabajo.

Habían tenido crisis a lo largo de los años. Sí. Pero nunca una tan fuerte cómo la de ahora.

Sin querer discutir más, la señora micks abandonó la casa la cuál compartia con el doctor hacía ya unos quince años y partió hacía un rumbo desconocido para él. Sin querer ya saber nada más con el tema de peleas.

Otra vez, olvidandose de su mediana hija adolescente que se encontraba rumbo a su hogar nuevamente.
El más pequeño de todos sus hijos, se encontraba demasiado triste. Junto a su padre, que debido tantos conflictos y papeleos de su trabajo. Dejó de darle importancia sumergiendose en el alcohol cada noche.
Al principio una copa, ó dos.
Para luego convertirse en botellas en cantidad. Logrando borrar esa imagen tan respetada suya, y memorable.

El día en que Thea volvió, halló su hogar vacío y sin vida.
La casa parecía estar patas arriba, y los muebles acomodados de manera diferente. Los colores que avivaban la casa ya no estaban, y las flores que la señora micks lograba comprar cada mañana para decorar la enorme mesa principal no estaban. Sólo había rastros de pétalos marchitos junto a enormes pilones de libros y más libros.

El hermano menor de la adolescente se hallaba acurrucado en el sillón viendo una serie de dibujos animados. Con los ojos llorosos, extrañando la presencia femenina en la casa, ó tal vez sólo a su madre.
Thea se acercó lentamente hacía el para tomarlo en sus brazos y darle un reconfortante abrazo de bienvenida. Logrando que el pequeño niño largara a llorar en brazos de su hermana.

-¿Me has extrañado así de tanto enano?. Murmuró ella oliendo el perfumado cabello del menor. Y riendo alegre.

-Sí. Muchito.

-Me parece bien pie pequeño. ¿Donde están papá y mamá?. Pregunto con la mirada perdida en las escaleras que llevaban al segundo piso.

-Se fue. Thaita. Mami se fue. Murmuro el pequeño niño rubio una vez que su hermana lo dejó sentado en el sillón crema nuevamente.
Ella sólo fruncio el ceño observandolo con más atención.

-¿Rumbo al trabajo? Ella no sale tan...

-Tu madre se fue por culpa del desagradecido de tu hermano Thea. La voz ronca del Dr Micks bajó por las escaleras, luego del crujido de los escalones debido al peso del dr bajando por ellas.

Two Pieces ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora