Capítulo final.
Hace algunos días qué Terrens había tomado parte de su famosa estrategia de escabullirse, así que luego de aquél día en El Hospital no supe nuevamente de él. Recibió él alta tres días después, en los cuales su nombre no dejó de aparecer en cada canal de televisión, en cada revista o periódico.
Hoy era mi cumpleaños número veinte, y cómo toda mujer independiente decidí auto regalarme un delicioso desayuno en el bar Mcjuice aquella mañana.
El vestido turquesa de California lograba quedarme algo ajustado, ya que desde hace algún tiempo había logrado inquirir algunas tallas más, últimamente él gimnasio era mi gran amigo.
Mis tacos repiqueteaban en las aceras, mientras me dirigía hacía mi destino.El celular comenzó a sonar, y no dude ni un segundo en tomarlo del bolso. El nombre de California se hallaba prescrito en la pantalla.
—Sólo llamaba para informarte qué no podré desayunar contigo, me he atrasado con el automóvil, se ha estancado, espero que me perdones. De todas formas cómo buena mejor amiga estoy preparando un almuerzo de muerte. –Reí emocionada, mientras prestaba atención al semáforo frente a mí.
—No te preocupes, Cal. Sé qué lograrás sorprenderme.
—Por cierto, mí regalo te aguarda en el bar.
Fruncí él entrecejo de inmediato —¿Mí regalo no era el almuerzo?
—Bueno, digamos qué él del bar no me ha costado nada, prácticamente se ha regalado sólo.
Carcajee suspirando con alegría —Eres única California Carolina, ¿te lo han dicho alguna vez?, espera... Mejor no contestes.
—Vale, vale. Cuelga ya, presiento qué estás cerca. Te quiero,y un muy feliz cumpleaños Tha, toda una mujer.
—Corta, que me harás llorar. Te quiero más.
El camino gracias a dios se acortó plácidamente. El aroma a café humeante se coló en mis fosas nasales cuándo me adentré en el enorme bar de la esquina.
Un par de caras conocidas se instalaban en algunas de las primeras mesas, pero al detenerme a observarlas ante la esperanza de que mí mejor amiga hubiera organizado un desayuno sorpresa, mi ilusión fue destruida a añicos cuándo observé qué mí mente me había jugado una mala broma, ninguno de allí presentes eran conocidos míos. Mis ojos recorrieron con ansías todos los espacios del local, pero no había aires de personas aguardando su llegada.Después de todo, California si le había dicho la verdad. Tal vez, había dejado pago su desayuno y aquello era su sorpresa.
Sus piernas se detuvieron frente a una pequeña mesa situada frente a las vidrieras. Tomé asiento con cansancio, dejando mí bolso a mí lado mientras esperaba la llegada del mozo.Una joven de algunos quince años, entró con desespero a la sala, pareciendo cómo si se hubiera enterado de la peor noticia de su vida encendió la enorme pantalla qué conformaba él gran televisor.
—The Cloud se ha dividido. Terrens Mickels, como vocalista tomó la decisión de abandonar La Banda, se han comenzado a esparcir los rumores de un casting para la nueva cabeza del grupo... Mientras tanto, se sabe qué Terrens no seguirá en el mundo de la fama. ¿Hemos encontrado al eslabón perdido? ¿Quien renuncia tan rápido al éxito?– La reportera del canal seis dio paso a su entrevista con Holuk mientras la pequeña adolescente rompía en llanto antes de correr fuera del bar con la indignación prendida en su rostro.
—Vaya, lo que hacen los estereotipos con la juventud de hoy. Como sí él mundo fuera a acabarse.
Thea estuvo a punto de retrucar aquello con un simple :"¿Nunca has sido adolescente?". Cuando aquellos paradisíacos ojos verdes le dedicaron su mayor entusiasmo.
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Two Pieces ©
Teen Fiction«Thea tratará de encontrarse ella misma. Y por más difícil que se lo imponga el destino, él, se encargara de que todo valga la pena, ¿pero... el amor será suficiente?»