Capítulo 15:
Después de que California, se provara su magnífico hallazgo. Me obligó a probarme el que había elegido para mí.
Terrens seguía a nuestro lado, y los demás seguían en la otra parte de la tienda. Agradecí eso, ya que no soportaba ver a Anastasia cerca de él.
Al entrar en el estrecho espacio del provador, me recordó a la pequeña puerta en la que me había escondido el día que conocí a Terrens. Sonreí, idiota frente al nuevo espejo que daba la imagen de mi cuerpo entero.
Saqué por mi cabeza la remera, y luego saque mis shorts. Mi silueta semidesnuda era todo lo que podía ver.
Abrí el jardinero por detrás, ya que llevaba varios botones. Tenía que admitir que el modelo me encantaba. a diferencia del que llevaba Cali, este llevaba una remera verde agua con breteles blancos, y el jardinero escocés azul. Iba conmigo, porque sabía, que el color favorito de Terrens era el azul. Él no me lo había dicho, pero a juzgar por la cantidad de ropa azul que tenía, y que todas sus guitarras eran azules, lo asumí.
Cuándo termine de colocar cada parte en su lugar. Miré mi cuerpo en el espejo. ¡Me encantaba!. Encajaba perfectamente en mí.
Desate la coleta en la que llevaba recogido mi largo pelo rubio y lo estire hacia mis costados peinandolo ligeramente con los dedos.
Me sonreí dando por aceptado el sencillo pero elegante jardinero, y salí del provador.
Terrens, se hallaba frente a mí con la mirada perdida en las vidrieras, y con sus manos cruzadas en su pecho. Sonreí reconfortandome, sabiendo que estaba tan cerca de mí. Su camiseta negra, oscura y pegada a sus anchos hombros, y sus pantalones blancos rasgados. Era malditamente cansador no poder encontrarle defecto alguno.
Aclaré mi garganta una o dos veces, hasta que logró escucharme. Me sorprendío no ver a California junto a él o mereondeando cerca nuestro buscando algún que otro vestuario parecido a este.
Los ojos de Terrens estaban observandome de pies a cabeza. Su mirada no parecía sorprendida, pero sí perdida en mí. Al terminar de mirarme, tantas veces cómo para archivar mi imagen en su cabeza, sonrió acercandose a mí.
-La peliazul sabe elegir bien en cuánto se refiere a ti. El azul te va... muy bien. Es... Es mi color..
-Favorito, lo sé. Sonreí timida, ocultando un mechon de mi cabello detras de mi oreja, y bajando la mirada hacía mis pies descalzos. Una pequeña risita salió de sus labios. Y una de sus manos aterrizó en mi mentón, para guiar mi mirada directamente hacía la suya rápidamente.
-Me estás dejando sin aliento Thea. Todo lo que se refiere a ti, es cómo un enorme abismo del que no se puede escapar. Sólo puedes caer y caer, sabiendo que el aterrizaje será duro, pero aún así no puedes dejar de caer.
Su respiración era profunda y escasa, al igual que la mía. Estabamos lo suficiente cerca el uno del otro, y se podía decir que compartíamos el mismo aire.
Lo vi tragar saliba duramente, ya que su notable nuez de Adán no hacia mas que subir y bajar con notable torpeza. No podía negar que yo me encontraba igual de nerviosa que él. Sabía, ya que su presencia me hacía una persona diferente, y en los pocos momentos que pude estar a solas con él, sabía que estando a su lado todo miedo desaparecia. No existía problema alguno, ni situación que interfiriera, sólo quería que fuera él. Y nadie más que él.
-Terrens yo...
-¡Mira lo que encontre cariño! La camiseta de The Cloud con la frase de la canción You Are Difficult. Anastasia graciosamente se apareció entre medio de ambos, con su mirada de inocente. Colocó la camiseta entre medio de ambos, separando la mirada de Terrens de mí.
ESTÁS LEYENDO
Two Pieces ©
Teen Fiction«Thea tratará de encontrarse ella misma. Y por más difícil que se lo imponga el destino, él, se encargara de que todo valga la pena, ¿pero... el amor será suficiente?»