Pasmado. Dirigió su mirada al fuego. ¿No iba a responderme?... ¿Que había de mal en mi pregunta?
- ¿No vas a decir nada?- me sentí decepcionada, no iba a negarlo. Era la primera vez que le decía a un chico lo mucho qué hubiera querido dormir junto a él. Y solamente se limitaba a mirar el fuego. Me sentí débil en escasos segundos. Como si hubieran robado una parte de mí... que no sabía que existía.
- Pensé que te sentirías cómoda en tu propio cuarto. Así es cómo debía ser. Sí te hubiera obligado a dormir conmigo estoy muy seguro que también habrías hecho un lío por ello - ¿Indiferente? ¿Que demonios le pasaba?. Él me había traído hasta aquí. ¿Por qué ahora reaccionaba cómo si todo respecto a mí le importara... nada?
- No habría hecho ninguna objeción. Estuve toda la noche pensando en lo confortante que serían tus brazos a mí alrededor, pero parece que eso a ti no te importa.
Me levanté del lugar frente a la chimenea. Y me alejé de él. Definitvamente era complicado. Nunca iba a terminar de comprenderlo, y no quería terminar enganchada de sus actitudes insignificantes y terminar con el corazón roto. Él era una estrella del rock, y yo sólo era una muchacha, con vida inestable debido a qué acababa de descubrir que la familia de toda una vida, no había sido mi familia. Mi padre no era mi padre. Mi madre era una farsante con todos los títulos, y había sido casi secuestrada por un maniático hombre, jodido por la vida en realidad por mi madre, y recibí golpes de su parte. Quisiera o no, no podía escapar de aquellos problemas por más lejos que me alejara de mi hogar. Y Terrens no ayudaba si pensaba que cada vez que hablaramos de sentimientos se transformara mágicamente en roca.
Subí las escaleras sin ganas. Sintiendo cómo el aire escaseaba. ¿Que hacía aquí? De todas formas no debería haber aceptado nunca. ¿Por qué eramos tan complicados? Tampoco nunca lo entendería.
Podíamos desenvolvernos con cosas sin sentido. Pero en cuánto necesitábamos desenvolvernos entre nosotros mismos... simplemente no encajabamos. En realidad él no quería soltarse. ¿A qué le temía tanto? ¿Qué daño podría hacerle?
Tomé el pestillo de la puerta de mi "habitación" y estaba dispuesta a entrar, cuando sus manos una vez más se adueñaron de mi anatomía. Alzandome contra él, y buscando con desespero mis labios. Le falicite el trabajo juntando mis labios con los suyos en una suave caricia. Y la electricidad que amenzaba cada vez que lo sentía cerca fue aún más intensa.
Sus manos estrujaron con más fuerza mi cuerpo. Cómo si el tacto no fuera demasiado para sentirnos lo suficiente cerca.
- Deja de joder con lo de me importa y no me importa. Eres diferente a las demás traga cesos que viven jodiendo a los tipos con esa clase de cosas. Eres inteligente. Sabes que me importa- reí entre besos. Y el frenó. Acorralandome contra una de las finas paredes, y prestandome atención.
Acarició mis mejillas, y su caricia me hundió en desesperación. Esa desesperación de querer sentirlo cerca. De que no se alejara. Ese desesperante sentimiento de qué el momento durara una eternidad.
- ¿Sabes que ocurrió cuando te vi en mi camerino? Pensé: Que tía tan loca. Metiéndose en problemas, cuándo en clase parecía ser la chica perfecta que ama quedarse en casa a estudiar. Me sorprendiste. Y al instante... me sentí conforme a ti. Me sentí tan igual. Parecia estar observandome a mí mismo. Eras lo que no parecias ser. No saltaste encima mío cómo una desquiciada adicta a la banda, no trataste de seducirme.
>> Debo decir que alternaste mi ego en ése momento, ya sabes. Soy demasiado guapo - Levanto ambas cejas y fruncio sus labios. Una pequeña risa escapó de mí- Sentí que debía conocerte entonces. Me importó saber más de ti, y que ocultabas detrás de aquella brusca personalidad.
>> No soy fácil de deducir. Tal vez por cierta razón nunca pude encontrar a alguien perfecta. Pero lo que sentí cuando parecía haberte perdido y encontrarte despeinada y ojerosa en casa, no lo sentí ni cuándo gané el primer grammy.
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Two Pieces ©
Teen Fiction«Thea tratará de encontrarse ella misma. Y por más difícil que se lo imponga el destino, él, se encargara de que todo valga la pena, ¿pero... el amor será suficiente?»