Capítulo 23

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Punto de vista de Thea Micks

Ambos, Luke y yo en la cocina preparando un exquisito desayuno para Rhiat. Teníamos que llevarlo al Kinder. Era su último año para tener que ingresar a la escuela. Cada día se ponía más grande y más parecido a Luke. La media semana que habíamos pasado a cargo de mi hermano mayor no había estado nada mal. Shanghái, que ahora era su novia, se mudaría mañana con nosotros. Lo que él tanto quería comentarme hace mucho y que no lo había hecho respecto a sus dudas, era que tenía pensado con Shanghái mudarse en una zona alejada de todos. Ella lo había animado a hacer lo que siempre había estado soñando. Y estaba muy orgullosa de el valor de mi hermano. No lo culpaba por el problema de nuestros padres. Ya que la pelea entre ellos se venía próxima, sólo hacía falta de la gota que derramara el vaso para hacer estallar todo.
Con mamá casi no hablabamos, la veíamos poco en casa. Al igual que papá, pero el venía seguido. Eso estaba claro.
Habiamos aprendido a cuidarnos solos. A ser autosuficientes con el tiempo.

--¿Mantequilla de maní y jalea? ¿Ó nutella?. Le susurre al enano, mientras rascaba su cabeza y colocaba los separadores para no ensuciar la mesa.

--¡Nutella Thaita!. Escuché a Luke reir desde la cocina.

--No lo malcries pulga rara. Levanto sus cejas oscuras que no encajaban para nada con su pelo rubio pero que aún así lo hacían muy atractivo a Luke Micks. Mis dos hermanos eran magníficamente lindos.

--¡No estoy malcriandolo! Cállate.
Con una gran sonrisa, tome el nutella de una estanteria repleta de víveres que habíamos comprado el fin de semana en el Mart. Comenzaba a ser toda una ama de casa de pies a cabeza. Y me sorprendí llevando un pañuelo en la cabeza a lo bandana, mientras barria la vereda. Toda una Florinda. Me reí mentalmente ante el comentario de Luke.

--Bueno. Nos quedan algunos veinte minutos para estar todos a tiempo en nuestros lugares. Luke estaba perdido en su celular, mientras hablaba anonadado. ¿Se encontraba bien?

Me acerqué a paso lento a su lado y se estremeció cuándo toqué su hombro.

--Papá quiere vernos. Arrastró las palabras con cierto desdén.

¿Papá? ¿No le había bastado con el escándalo aquél? ¿Que querría? ¿Se hallaría sobrio?

--¿Que les has dicho?. Murmure incrédula. El nego con la cabeza mientras fruncia el labio.

--No creo que sea buena idea, Thea.

--Dile que después del instituto estaremos todos ahí.

--Sigo pensando que es una locura. Cerró sus ojos sumido en sus pensamientos. ¿Había que pensarlo tanto? ¡No ibamos a ver a un desconocido, por dios! Era el mismo padre se toda una vida. --Está bien. Pasaré a buscarte en la tarde al instituto después de Rhiat y iremos a verlo.

--Gracias. Susurre casi suplicante. No sabía de donde salían estas ansias de ver a papá. Pero sabía que había una herida que cerrar. Y las cosas no podían solucionarse por si solas.
Pero había algo que muy dentro de mí, en mi ser, comenzaba a picar. Una sensación de haber tomado la decisión incorrecta ardía en gran manera ocupando mis pensamientos

Ahí otra vez, mi descarriado subconsciente.

No jodas.

Increíblemente nadie respondió. ¿Nadie? Siempre te respondías a ti misma, y ahora estabas volviéndote loca.... ¡Era lo que te faltaba!

Tomando del estante una manzana, corrí detrás de Luke que ya había tomado a Rhiat en sus brazos y traía en sus manos las llaves de su automóvil.

Hoy sería un día largo.

Two Pieces ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora