-Necesita llegar lo antes posible, por el amor de Dios. Si no se apuran juro que de ésto se enterará mi padre.
-Calma Thea, no le hace bien a nadie está situación.
-¿Que has hecho Terrón?, ¿por qué?- su rostro parecía tan calmo, a pesar de la palidez que comenzaba a adueñarse de sus facciones. Algunas partes de su cuello comenzaban a tornarse moradas, y mis manos temblaban al acariciar su cabello. El camino al hospital estaba siendo un total calvario. Axiel me acompañaba en la ambulancia, y el Doctor que atendía a Terrens no nos había proporcionado ninguna información momentáneamente. Sus ojos por ende lo expresaban todo. Un cantante de rock que se había pasado de pastillas.
-Eres tan idiota Terrens, maldita sea-Abracé a Ax al mismo tiempo que esté rompía en llanto. Un gran nudo impedía que me lanzara a lo mismo.
*
-Estará en revisión... Desintoxicación.
Cubrí con desesperación mis ojos, sabía que se trataba de eso. La sala de espera se encontraba sumamente repleta, la mayoría de los familiares de Terrens se encontraban allí. Pude reconocer a sus padres. Holuk palideció al notar cómo gran cantidad de reporteros quisieron colarse poblar entrada del hospital, pero varios guardias de seguridad lo impidieron. El silencio reinaba entre los cuarenta seres humanos que ocupábamos aquél espacio.
La madre de Terrens, abrazo a su esposo en cuánto escuchó el informe del médico.Sin ganas de seguir de brazos cruzados, corrí hacia la planta alta en busca del Dr Micks. Conocía este Hospital cómo la palma de su mano.
Enseguida lo encontré, bebiendo de una taza de café mientras sus manos repasaban informes.
-Necesito tu ayuda. -Jadee con desespero. Sus ojos abandonaron el papeleo para posarse directamente en mí. Su ceño se frunció.
-Thea... ¿Qué ocurre, estás bien?
Cerré mis ojos, intentando aguardar calma.
-Es... Es Terrens. Necesito que me ayudes. Quiero que lo veas. Quiero que me ayudes a verlo.
Su mirada estática se posó en un gran manojo de llaves que colgaban a su izquierda encima de una gran pila de cajas. Las tomó sin dudar, y se levantó de su escritorio, acercándose a mí.
Sin decir una palabra, bordeando mi anatomía comenzó a caminar por el pasillo.
-Cuarto 559.-Le indiqué. Asintió agitando el manojo de llaves.
Una cantidad de pares de ojos se posó en nosotros cuándo Micks abrió la puerta. Su delantal blanco rebelaba que se trataba de un médico, así que nadie intentó evadirle el paso. Micks cerró la puerta tras de sí, y nuevamente mi respiración se aceleró con esmero. Micks sólo tardó una cantidad de minutos antes de volver a aparecer en el pasillo.
-Les daré la posibilidad de verlo, está comenzando a despertar. Cuatro minutos por persona... -Indicó a todos los que nos encontrábamos a la espera. Sus ojos vagaron por cada uno de nosotros hasta que se posaron en mí -Entrá, Thea.
Unos cálidos y abrasadores ojos verdes me recibieron al pasar. Sus facciones detonaban cansancio, pero el invaluable verde de su mirada seguía intacto. Una mueca de dolor adornó su rostro cuándo intentó inclinarse en la camilla.
-No... Aguarda-susurré acercándome con prisa hacía él. -No puedes quedarte quieto nunca, ¿verdad?
Una pequeña risa se escurrió de sus callados labios.
Me senté a su lado, y tomé con cuidado una de sus grandes manos. Sus brazos descubiertos forrados de cables y agujas me hicieron sentir patéticamente culpable. Acaricié con lentitud sus fuertes brazos, y el calor de su piel abarcó mi tacto cómo brisa de verano.-Eres un idiota-sus dedos rozaron mis manos y se sellaron sobre ellas, formando un agarre cálido. Observé los dibujos del cielorrazo antes de volver a posar mi mirada en aquellos patéticos ojos verdes. El color lentamente volvía a incorporarse en él. Observé cómo su pecho subía y bajaba debajo de aquella bata roja. Una sonrisa apremio sus labios al encontrarme mirándolo.
-No he sido yo. -Susurró. Mis ojos seguían fijos en los suyos. Respiró pesadamente antes de continuar :-Me han... Me han hecho ésto, la verdad... La verdad es qué sólo he tomado agua mineral en todos éstos seis meses.
Sin poder aguantar más los nervios y las tensiones qué toda aquella situación había incorporado en mí, me eché a reír con destreza. Mordí mi labio cuándo noté su mano en mi mejilla, y acariciarla con lentitud.
-Soy un idiota, sí. Pero nunca haría algo para destruirme. Me amo demasiado para éso. -Golpeé su pecho con cuidado. Al menos sabía que se encontraba mejor.- Tampoco haría nada para lastimarte, tecito.-Lo sé, me amás demasiado para éso -Seguí su broma con cierto tono de sarcasmo fingido, y acabé por estallar en risas cuándo su ceño fruncido y expresión enojada se implantó en él. -Vamos, pensé qué estábamos de broma.
-Señorita Thea, el tiempo se ha acabado, hay más personas aquí fuera qué quieren ver a éste cabezotas. -La voz de Axiel se escurrió desde la puerta. Tomé impulsó rápidamente sobre mis pies, y me giré a mirarlo. Le dediqué una casta sonrisa, antes de volverme hacía el ojiverde. Inclinandome hacía su rostro, soplé su mejilla con cuidado antes de besar su frente. Sus ojos se cerraron con lentitud privandome de aquél verde paradisíaco que tanto me alteraba.
Finalmente mis piernas me llevaron lejos de él, y lo último qué vi fueron sus manos tocando aquel lugar qué había besado.Terrens en multimedia, a qué es guapo verdad? ❤
Ya casi estamos llegando al final...
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Two Pieces ©
Teen Fiction«Thea tratará de encontrarse ella misma. Y por más difícil que se lo imponga el destino, él, se encargara de que todo valga la pena, ¿pero... el amor será suficiente?»