Capítulo 17

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Llevabamos media hora, viendo la película mas aburrida de la historia, pero la compañía de Billy burlándose de lo mal hecha que estaba la hacía algo divertida.
Ahora, teníamos en nuestras manos unos chocolates calientes, ya que estabamos entrando en la madrugada, y el frío comenzaba a empeorar.
Sentados en el suelo, encima de una gran alfombra, y tapados con una frazada, disfrutando de la compañía del otro.
-Nunca creí que fueras capaz de usar faldas y maquillaje. Eres naturalmente hermosa Thea. Eres una de las primeras mujeres que no tienen que pasar una noche conmigo para verlas en la mañana sin maquillaje.
Reí. Mientras el negaba con la cabeza, revolviendo con una pequeña cuchara, el humeante líquido espumoso marrón.
-Ése es un halago muy lindo. Creo que mi amiga me ha dicho algo parecido antes de venir.
-Entonces tu amiga no te miente Butterfly. Sonrió acercandose a mí. Sus ojos azules brillaban, y su sonrisa no se despegaba de su rostro, era algo inconfundible decir que éste chico no tenía interés alguno en mí. Sin rn cambio, a pesar de que era un hombre muy guapo y divertido, algo pasaba de diferente en mí.
De pronto imagine que besarlo sería cómo besar a California, y esa imagen hizo mi estómago dar vueltas.

-Billy. Lo siento. Pero ya nos hemos besado una vez, y...

Su cara era la de mejor confusión que había visto jamás.

-No pensaba besarte Thea. No hago eso en las primeras citas. Y menos con las chicas que de verdad me importan. Sonrió de costado, volviendo su vista hacía la pantalla. Sabía que lo había ofendido.

A la mierda la imagen de California. Me acerqué hacía el tomando su cara entre mis manos, y su pequeña barba incipiente rozó mis dedos. Sus ojos azules tomaron un brillo único, y nuestras respiraciones comenzaron a fallar.
El sonrió, en medio de nuestras acciones y por primera vez, me hallaba algo atontada.

Comenzaba a darme cuenta de lo especial que Billy era, y que siempre estaba preocupado por mí.

Sus rosas palidos labios encajaron perfectamente con los míos en un suave movimiento rítmico. Sus manos, que hasta esté momento ambas se hallaban tomando mi cabeza, comenzaron a bajar hacía mi cintura.
Mientras que con las mías, con una tomaba su mentón, acercándolo más a mí, y con la otra tomandolo por el abdomen.

Reí, entre el beso, algo divertida con la idea del Cliché de noche de películas acompañada de besos. Él pareció captar lo mismo, ya que también sonrió.

-Eres única Butterfly. Eres tan distinta, tan original. Sobre todo hermosa. Sobrepasas en gran manera a la chica de mis sueños, y para eso me tienes que parecer mas hermosa que Emma Watson.

Solté una sonora carcajada, separandome de él, y plantando un suave beso en su respingada nariz.

-¿Así que crees que soy aún mas linda que la chica que hace de Hermione en Harry Potter? eso es demasiado. Frunci mis ojos, observandolo con detenimiento.

-Para mí no es demasiado.

-Que ciego eres entonces. Una voz ronca se escuchó desde el umbral de la puerta de la habitación. Gire detenidamente para encontrarme con Terrens. Que llevaba su mandíbula apretada, y nos observaba con el mayor frío en sus ojos.

-Oyer viejo, es tarde por favor. Ahorremosle a Butterfly tus comentarios ofensivos llenos de ironía. Billy comenzaba a enojarse. Y no sabía si eso debía preocuparme, ya que nunca lo había visto enojarse con Terrens.

-¿Butterfly? No te preocupes, no me interesa.Sólo venía a pedirte un favor, me quede sin perservativos, y necesito uno urgente ahora.

Y bueno, gracias al pedazo de narcicista egocéntrico, lleno de mierda, imbécil y bueno para nada, de Terrens, un gusto amargo subió por mi tráquea, justamente para hacerme vomitar.
La mirada de odio más profunda que había practicado en mí vida, sólo estaba posada en él.

-Terrens. Suspiró Billy frotando sus ojos con exasperación. - No vengas a joderme por el amor de Dios.

-Lo siento viejo, pero prefiero prevenir que curar, pero si así lo prefieres. Cada vez más hablaba con su mandibula más apretada. Pero yo también me hallaba enojada, no. Enojada no. Enojadisima.

-Lo lamento Butterfly...

Lo corté, levantando un dedo para indicar que se callara. Mi humor había llegado a un límite. Una de las cosas por las cuales no me involucraba ni amorosamente ni nada con los adolescentes hombres era justamente por esto. Su plena inmadurez y su estúpida e idiota forma de actuar. Y ya había tenido suficiente experiencia en citas y comentarios inapropiados hoy.

-Me iré a dormir Billy, por favor, hablemos en la mañana.

Y sin esperar a ninguna respuesta suya, me levanté del suelo, dirigiendome hacía la habitación en donde dormia con mi amiga.

Al pasar por la puerta de Anastasia, risas se escucharon, y la voz apagada de Terrens gritando algo, hicieron que las ganas de vomitar vivieran, y que toda gana de patear el trasero de Terrens en la mañana se despertara.

Había dejado que por primera vez en mí vida un chico adolescente entrara en mi vida, llenando hasta lo más profundo de mi ser. Le había dado la oportunidad...pero que rayos. ¿Oportunidad?. De que me demostrara que el amor existía, y que no había que esperar a ser mayor para encontrarlo. Pero me había desilusionado. Graciosamente, mi primera desilusión de amor.

Two Pieces ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora