《06》

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-¡¿Qué esperas?!- le gritó Elsa a su hermano- ¡Ve tras ellos!- le indicó desesperada.

-No puedo dejarte sola, Els, además no podría ayudar a Astrid. Ese sujeto está loco.- le contestó el castaño.

-Entonces no intervengas, consigue pruebas, las suficientes como para meter a ese tipo en la cárcel de papá.- le dijo ella- Créeme, así ayudarás más rápido a Astrid.- lo convenció, haciendo que Hiccup comience a correr hacia la salida y ella lo siguiera.

-Bien, ¿pero cómo te irás a casa?- le preguntó, pues ambos habían ido a la escuela en la camioneta de él.

-Jack me está esperando afuera, le pediré el favor y se quedará en casa, como siempre.- le respondió ella antes de llegar a la entrada allí se separaron, Elsa fue con Jackson a explicarle todo e Hiccup se dedicó a seguir al viejo carro de Jiggins.

Pero se demoraba un segundo más en salir y lo perdía.

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-¡Entra! ¡Entra ya, maldita perra!- Robert arrastró a nuestra co-protagonista hacia adentro de su casa y luego tirarla al suelo- Con que me mentiste, pequeña malcriada.- le dijo con cisnimo.

-Lo... Lo siento, pero no quería que te enajaras, sabía que no te gustaría escuchar que estoy en detención, por eso te dije que tenía práctica de baile.- le contestó ella con temor desde el suelo y con lágrimas.

-¡Estúpida mocosa!- le grito el furioso y Astrid tembló como reacción- Y también mira tu ropa... Toda provocativa... ¡¿Qué no entiendes que eres mía?! ¡Tú eres mía! ¡Tu cuerpo es mío!- gritaba en un arrebato de enojo y posesión.

-No, por favor, no...- rogaba Astrid al ver que él se sacaba su cinturón-Papá...- le dijo de ese modo para tratar de convencerlo, pero no dió resultado.

-¡CÁLLATE!- la silenció de un sólo grito, fue ese grito el que escuchó Hiccup al llegar a la casa de Jiggins, él estacionó su camioneta justo en la acera que hace del perímetro de esa vieja y fúnebre casa y rápidamente  corrió hacia el pequeño muro que rodeaba el perímetro de la casa y se escondió en este mientras visualizaba todo por la ventana, que para su suerte no estaba tapada por una cortina.

El ojiverde miró asombrado el maltrato que "el padre" de la chica le proporcionaba, sin esperar agarró su celular y empezó a grabar los hechos, lo malo era de que Robert salía de espaldas y no se le notaba su rostro.

Robert la agarró de los cabellos y la levantó para llevarla a la mesa del comedor y apoyar la mano derecha de la rubia sobre esta.

-¡No, no, no! ¡NO!- chilló la ojiazul antes de que ese hombre le lanzara un tremendo golpe con su correa o cinturón contra el dorso de su mano y dejara una zona roja en ella- ¡AAAHHH! ¡Basta! ¡Me duele!- con cada golpe Astrid lloraba y gritaba para que parara, le dolía, pues él azotaba su mano con brutalidad, hasta el punto que empezó a salir sangre de su piel.

-¡Esto es para que aprendas, hija de perra!- le gritó Robert, entre otras cosas más. Hiccup grababa todo con muchísimo asombro, esto sería material sofuciente para dárselo a su padre, meter preso a ese idiota y que se alejara de la rubia.

El Haddock después de copilar todas esas imágenes, se puso a pensar si entraba a la casa y hacía lo que fuera para detener el dolor de Astrid y a la vez, detener sus gritos de agonía que taladraban sus oídos hasta llegar a lo más profundo de su alma.

Pero justo cuando iba a tomar una decisión, escuchó unos ladridos amenazantes provenientes de una Golden Retriever, la cual, sorprendentemente, recién la notó. La perrita estaba atada pot el cuello a un palo en medio del jardín frontal de esa casa y le ladraba al castaño con desesperación.

《CUIDARÉ DE TI》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora