Orfanato Nacional de Berk...
Era un viernes al medio día, este día de la semana era un día libre para el orfanato, en el lugar sólo podían escuchar risas, correteos y gritos de los niños jugando por todo el espacio libre.
Pero entee todos esos pequeños niños del Gran Orfanato Nacional de Berk, había una niña de 12 años en el segundo piso de la inmensa mansión. Su nombre es Astrid Hofferson, tiene cabello rubia, ojos azules cual zafiro, una hermosa niña digna de Freya.
Ella, con sus finas manos, sujetaba una paleta de pinturas junto a un pincel y dibujaba en su lienzo, todo en la habitación de arte era silencio, sólo estaba ella allí, era la única que pasaba el mayor tiempo en esa habitación y todos los cuadros que colgaban en esas 4 paredes estaban pintados por ella misma.
Y sí, a la pequeña Astrid le gusta mucho el arte, el arte de todo tipo. Pero también tenia su lado deportivo e imperactivo. Le gusta mucho los deportes, sentir la adrenalina recorrer por su cuerpo.
Ahora ella pintaba sentada frente a su lienzo y al costado de una ventana que da al patio de juegos, ella desvió su mirada hacia sus amigos y compañeros que jugaban para después volver su atención a su pintura. Ella los estaba dibujando al jugar, sonrió al ver terminada su obra y se dispuso a ordenar todo como estaba antes de utilizarlo para después ir a jugar con sus amigos.
Astrid es una niña llena de vida, amor y compasión. Pero lo que nunca se esperó es que lo que más deseaba, que eras ser adoptaba, en unas horas se iba a convertir en su peor pesadilla.
-¡Astrid!- una niña, al parecer de la misma edad de la Hofferson, apareció en la puerta de aquella habitación. Esta estaba jadeando y se podía notar su sudor en su frente, consecuencias de correr por un lado a otro- La señorita María quiere que la veas en su oficiona inmediatamente de manera urgente.- le informó controlando su respiración.
-¿Te dijo la razón?- preguntó Astrid con extrañeza, muy raramente María la llama a su despacho. Pero la sonrisa de su amiga le dió una pequeña ilusión de cual sería esa razón.
-Creo que llegó tu gran día, rubia.- le contestó la niña con una sonrisa de oreja a oreja, la cual contagió a la ojiazul.
-¡Excelente!- exclamó Astrid- Gracias, Larissa, voy de inmediato.- anunció terminando de arreglar sus cosas y luego vió como su amiga se iba corriendo otra vez.
Astrid no pudo evitar dar saltos de emoción al verse sola y luego salío cual bala disparada de una pistola hacia la oficina de la señorita María, la encargada del orfanato.
En cuanto estuvo al frente de la puerta de su oficina, paró en seco, se ordeno sus cabellos, los cuales estaban en una media cola, arregló su falda y su blusa y por último respiró profundo 3 veces antes de entrar. Al entrar vió a la señorita María acompañada de un hombre de no más de 45 años y en cuanto este la vió, soltó una sonrisa que Astrid no pudo decifrar.
-Larissa me dijo que me llamaba, señorita María.- fue lo que atinó a decir mientras juntaba sus manos detrás de su espalda.
-Sí, Astrid, por favor toma asiento junto a este amable hombre.- le dijo la señorita sentada en su escritorio. Astrid le hizo caso, pero no dejaba de mirar al sujeto que, al parecer, iba a adoptarla.
-Hola.- la saludó el hombre.
-Hola.- se limitó a responder.
-Astrid, él es el señor Robert Jiggins, y está aquí, porque ha decidido adoptar a uno de ustedes, porque su esposa ya murió hace unos cuantos años y ya se siente tan solo que necesita de una compañía agradable en su casa... Y te escogió a ti.- le informó María con una sonrisa.
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《CUIDARÉ DE TI》
Fanfic《FINALIZADA》 Astrid es huérfana, a sus 12 años fue adoptada y vive con un hombre que la maltrata y abusa de ella, por eso es antisocial y no tiene amigos, se aleja de la gente e intenta que todo el mundo la vea como una persona fría para ocultar su...