《Epílogo》

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10 Años después...

-¡Papá, papá!- una niña castaña corría por la gran casa Haddock Hofferson con una estrella artificial en la mano- ¡Tengo la estrella, tengo la estrella!- le gritó a su padre, quien colgaba los últimos adornos en su árbol navideño.

-Calma, Zephyr.- le pidió Hiccup a su hija mayor de 8 años- ¿Dónde están tu madre y tu hermano?- preguntó al cargarla para darle un tierno beso en la frente y ella rió por las cosquillas que le daban su barba.

-Los dejé en el ático, es que cuando encontré la estrella vine corriendo hasta aquí para ponerla en el árbol.- informó algo apenada por abandonar a sus familiares.

-No te preocupes Zeph, ya estamos aquí.- anunció su madre llegando con su hermanito menor de 5 años- Ya puedes poner la estrella.- concedió.

-¿Pero por qué ella tiene que poner la estrella, mamá?- preguntó el pequeño ojiverde que se aferraba a su cuello y ella lo cargaba.

-Porque tú la pusiste el año anterior, Nuffink.- le recordó Astrid.

Luego la pequeña ojiazul miró a su padre, quien le asintió con la cabeza y la alzó un poco más para que alcance la punta del árbol y coleque la estrella.

-Ya está Mi Pequeña Lady.- Hiccup bajó a su hija, pero al parecer, a Zephyr no le agradó la idea.

-¡No, papá, cárgame un rato más!- pidió.

-Ya deben ir a dormir, Zephyr, recuerden que mañana iremos a la casa de los abuelos para esperar la noche de Snoggletog.- le indicó su padre agachándose a su altura.

-¿Irá Chimuelo también?- preguntó un animado Nuffink aún en los brazos de su madre.

Astrid miró con pena a su esposo, aún no les habían contado a sus hijos que Chimuelo ahora estaba acompañando a Tormenta en un descanso eterno, pues la perrita falleció a casi 1 año después de su boda, a los 10 años. Y el semental negro hace unos 4 meses al cumplir los 30 años, fue una gran vida para él.

Pero sus hijos se habían encariñado tanto con él, que aún no sabían cómo decirles que él ya no estaba. Los infantes tenían entendido que ya estaba muy viejito y necesitaba descansar, pero no más.

Hiccup suspiró con pesar, siempre que recordaba a su mejor amigo, le entraba una melancolía, pero así como él ayudó a Astrid con la pérdida de Tormenta, ella lo ayudó a él con este pesar.

-No, hijo, Chimuelo dice descansando con Bocón.- le respondió con la voz raspada- Pero lo tendremos presente para estas fiestas, ¿ah? ¿No es así, mis pequeños?- el mayor de la familia, para mejorar los ánimos, tomó a la castaña de sus manitas y la alzó para que ella pise sus pies y empezó a bailar con ella, haciéndola reír.

- le respondió con la voz raspada- Pero lo tendremos presente para estas fiestas, ¿ah? ¿No es así, mis pequeños?- el mayor de la familia, para mejorar los ánimos, tomó a la castaña de sus manitas y la alzó para que ella pise sus pies y empezó a ba...

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-Oh, no, su padre ya empezó el baile del Snoggletog.- comentó la rubia adulta con gracia- ¿Qué dices, Mi Pequeño Lord? ¿Quieres unirte?- le preguntó a su hijo- ¡Pues, venga! Vamos con ellos.- exclamó tras recibir un asentimiento por parte de él y lo bajó para cogerlo de sus pequeñas manos y bailar con él.

《CUIDARÉ DE TI》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora