《09》

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-Hijo, tenemos que hablar.- le indicó Estoico a su hijo, quien recién llegaba de pasar el día con Chimuelo y Bocón.

-Wow, cuando dices eso y en tono serio, es porque algo malo pasó.- respondió Hiccup llegando a la sala y sentándose en el sillón frente a él.

-Tengo que hablarte sobre tu amiga.- le dijo jugando con sus manos.

-Ah, no, papá... E-Ella no es mi amiga, casi no he hablado con ella en todos estos años de secundaria, pero quiero ayudarla para que me vea como un amigo.- le aclaró a su padre.

Aunque, claro, quiere que san amigos para después avanzar un poco más. El Haddock no le puede negar eso a nadie.

-Bueno...- suspiró Estoico- No encontramos a su padre.- reveló para después apretar sus labios.

-¡¿QUÉ?!- gritó Hiccup desconcertado parándose del sillón- ¡¿Cómo que no atrapaste a Jiggins?!- preguntó desesperado.

-Simplemente no estaba, luego lo buscamos por toda la zona, pero no lo hallamos.- explicó brevemente y logró calmar un poco a su hijo- Pero sí encontramos a Astrid por ahí cerca.- reveló llamando la atención completa del castaño.

-¿Y?- preguntó ansioso.

-Estaba vendiendo droga ilegal con su grupo social.- respondió tajante y molesto- ¡Esos niños se nos escaparon! Y lo peor que son tan cobardes que la dejaron junto a la pelinegra a su suerte, ellas también se fugaron, pero yo... Yo me topé con Astrid cuando intentó huír en el bosque. Dioses, era la mezcla de Lagertha y Ragnar, tenía su mano vendada y por su expresión cuando cayó, supe que aún le duele... La dejé ir...- relató algo conmocionado con la vida de esa chica, lo peor, era que sólo sabía lo mínimo.

Hiccup abrazó con fuerza a su papá.

-Gracias, papá.- le agradeció en un susurro mientras que el Haddock le devolvía el abrazo.

-Pronto lo atraparemos, lo prometo.- prometió Estoico- Ahora ve a ducharte, hueles a mucho pasto y caballo.- le dijo entre risas para luego remover su cabello.

《》《》《》

El fin de semana pasó y dió paso a un lunes. Sí, un horrible lunes de regresar a la escuela y cumplir como estudiante.

Astrid se cambiaba con su uniforme de baile en silencio para no despetar a Robert, él había llegado ayer en la noche compleatmente borracho, pero por suerte, estaba de buen humor y sólo llegó a hecharse a dormir en su propia cama, sin molestar a nuestra rubia.

La Hofferson se alistó y cuando terminó, bajó para dejarle comida y agua a Tormenta, la perrita entiendió el gesto que Astrid asía con su dedo y labios para que guardara silencio y no despertara a la "bestia". Una de las cosas que más molestaba a Robert era qur lo despertaran y mucho peor en una resaca.

Astrid acarició a Tormenta mientras ella comía sus crotetas, después revisó su teléfono y al ver la hora decidió ya ir para la escuela o sino llegaría tarde.

-Nos vemos, Tormenta.- se despidió de ella dándole un rápido besito en su cabeza y despues salir de la casa.

《》《》《》

-¿Cómo que encontraste tu casa desordenada?- le preguntaba Heather a su amiga sin creerlo, mientras caminaban hacia el salón deportivo de las porristas, que eran igual al equipo de baile. El cual es liderado por Astrid, a parte del equipo de vóley.

《CUIDARÉ DE TI》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora