《47》

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-¡Espera! ¡¿Qué?!- todos los que estaban dentro de la residencia Haddock Snow, sabían que el chillido de Patapez se escuchó por todo el vecindario.

-Patapez, escucha...- Hiccup intentó hablar, pero su amigo lo interrumpió.

-No, no, no. Tú escucha, Hiccup. ¡Nos estás pidiendo infiltrarnos en el refugio de los mafiosos más grandes de Noruega y que nosotros los capturemos! ¡¿SABES CÓMO SE OYE ESO?!- gritó entrando en un ataque de pánico.

-Tendrán un día de entrenamiento especializado para esta clase de operaciones policiales, muchacho.- le dijo Bocón algo cansado de las quejas del Ingerman.

-¡Aún así! ¡Saben cómo soy! ¡Soy un cobarde! ¡Tendré un ataque cómo lo tengo ahora!- volvió a gritar más robusto de los jóvenes.

-Sabes que no lo eres, Patapez.- Heather decidió intervenir tomándolo de la mano- Yo estaré contigo. Todos lo estaremos.- trató de reconfortarlo y luego de dió un beso en la mejilla, dejando a los demás presentes atónitos.

-¿Qué fue eso?- preguntó un asqueado Brutacio.

-Oh, esto sólo pasó.- la pelinegra señaló a ambos- Esperábamos el momento indicado para decirles, pero ya no importa.- añadió siendo apoyada por su nuevo novio con una leve sonrisa.

-Bueno, felicidades, chicos.- los felicitó Valka.

-Igualmente.- habló Astrid por primera vez en todo la reunión, ella no había dicho ni una sola palabra desde que sus amigos llegaron, todo se los habían contado Hiccup y su padre- Hiccup, lo intentaste, pero si ellos no quieren hacer esto, lo mejor será dejárselo a la policía.- le dijo un tanto desanimada.

-No.- negó de inmediato el ojiverde y luego se dirigió a sus amigos- Por favor, chicos, sé que lo que les pido es mucho, pero estos sujetos se han metido con la familia de Astrid y con la mía. No puedo dejar simplemente que otras personas los castiguen, necesito que seamos nosotros mismos quiénes devolvamos el golpe.- les dijo con tanta seguridad y cólera por dentro que se los transmitió a ellos.

Los gemelos, la nueva pareja y Patán se miraron entre sí y luego de que todos asistieran, Brutacio habló.

-¡Estoy con él, ¿quién viene?!- gritó alzando los puños al aire.

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-Ya no estoy con él...- dijo un agotado Brutacio arrastrándose en el suelo- Estoy a punto de morir...- hablaba entre jadeos y respiraciones agitadas.

Era el día siguiente y recién la tarde llegaba a su fin. Estoico, Sam y algunos policías de infiltración los estuvieron entrenando desde la mañana para que su misión salga con éxito la noche que venía.

-Por favor, Brutacio, aún tenemos mucho entrenamiento que seguir.- le dijo Hiccup.

Todos los chicos tenían casacas de la policía entregadas por el mismo jefe.

-¡No, Hiccup, por favor!- el Jorgenson intervino, quién también estaba en una muy mala condición y detrás de su primo- ¡Ya estoy muy cansado!- se quejó.

El castaño movió sus ojos para poder verlo con seriedad.

El castaño movió sus ojos para poder verlo con seriedad

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《CUIDARÉ DE TI》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora