《FINALIZADA》
Astrid es huérfana, a sus 12 años fue adoptada y vive con un hombre que la maltrata y abusa de ella, por eso es antisocial y no tiene amigos, se aleja de la gente e intenta que todo el mundo la vea como una persona fría para ocultar su...
Ya habían pasado 2 semanas, desde que Astrid se enteró de la verdadera identidad de "Robert Jiggins" y un par de días más, desde que empezó su tratamiento con la psicóloga.
La familia Haddock y sus amigos, han nitando cierto cambio en la rubia, se le ve más segura y decidida. En otras palabras, tenía una actitud más briosa.
Aunque sí. El proceso de recuperación no se le estaba haciendo fácil. ¿Cómo iba a hacerlo? Ella había sufrido abusos y maltratos constantes por 5 años.
Pero Astrid tenía muy presente una promesa, una promesa que había hecho la misma noche que se enteró que, el mismo asesino de sus padres, se encargó de hacerle todo ese daño físico y emocional.
Y esa promesa era parte fundamental de su nueva actitud, de sus ganas de salir adelante y ser una verdadera Hofferson Lothbrok, tal y como se lo habían contado Estoico y Valka.
Se preguntarán. ¿Cual fue esa promesa?
Flashback...
Todo está muy alterado en la casa Haddock Snow, Astrid ya no sabe que hacer si llorar o sentir furia. Está todo tirado en su cuarto, vidrios rotos, cobijas en el suelo, cosas decorativas de cristal rotas y Tormenta estaba afuera de su cuarto intentando que su dueña se calme.
En eso Astrid por fin termina y se tira a llorar, pero se ve en el espejo roto de su habitación y se promete en voz baja algo que no va a dejar que se derrumbe más:
-No caeré de nuevo...- murmuró con furia mientras se miraba fijamente en su reflejo.
Era su renacimiento.
Fin del flashback.
-Excelente, Mi Lady, fue suficiente por hoy.- la voz de su amado castaño la sacó de sus pensamientos.
Ya estaban en la fase 2 de su entrenamiento, ahora le tocaba golpear el saco box con fuerza, ya que Hiccup se aseguró que ella tuviera la técnica perfecta para no lastimarse.
La rubia suspiró antes de quitarse las vendas de sus puños, las cuales cierto muchacho la obligó a usar.
-¿No podemos quedarnos un par de horas más? Tormenta sigue divirtiéndose con Chimuelo y los demas caballos.- le pidió mirando a su mejor amiga, quien correteaba y ladraba junto con los caballos por todo el campo abierto.
-No, Mi Lady, el ocaso ya va a empezar pronto y le prometí a mi padre que regresaríamos temprano. Además, recuerda que mañana tengo clases y que aparte tengo los entrenamientos con mi equipo de básquet... Dame un respiro...- le dijo él mientras dramtizaba cansancio, eso la hizo reír.
-Vale, vale, te daré sólo un respiro.- dijo ella con una pequeña risa- ¿Cuándo regresaré a la escuela?- preguntó alarmando al ojiverde.
-Amm... Bueno, pues... Cuando la psicóloga lo diga.- atinó a responder.
-Ash, Hiccup, ya quiero volver, necesito hacer mi vida de nuevo. ¡Tú la escuchaste! En estas 2 semanas he mejorado bastante, porque pongo de mi parte.- refutó ella acercándose a él.
Avanzó unos paso más, pues no quería darle la cara, pero Hiccup fue más rápido y la tomó suavemente del brazo para hacerla voltear.
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