《41》

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¡Sorpresa! Disfrútenlo... 🖤

El día pasó e Hiccup no despertó. Valka le preguntó al doctor si era normal que él siguiera dormido, el profesional le indicó que sí, porque, además de haberle puesto una anestesia muy fuerte, el adolescente aún debería estar muy cansado y algo adolorido.

Para hacerlos sentir mejor, el médico les comentó que era mucho mejor que descansara hasta el día siguiente, pues con la noticia de la amputación, iba a ser mucho para soportar.

Y así sucedió.

El mayor de los mellizos Haddock durmió hasta el día siguiente, el sol brillaba sobre la nación de Noruega, deba la impresión de un buen día, pero no era así para nuestros protagonistas.

Eran las 9 de las mañana y Astrid ingresaba a habitación que le asignaron a su novio. Al verlo tan pacífico, pero en tal estado, con algunos moretones notorios, su rostro dañado superficialmente y con la idea de su pierna izquierda; ella sintió las lágrimas amontonarse en sus ojos.

Sentía culpa por lo que le había pasado, al fin y al cabo, Viggo lo hizo para lastimara a ella, ese sujeto le tenía una obsesión enfermiza. Se quedó ahí, observándolo por un buen rato.

Estoico se había quedado con él toda la noche, pero el alcalde no estaba ahora presente, pues fue a descansar y a ver cómo se encontraban su esposa e hija, quiénes no tuvieron la fuerza para quedarse allí y ver a su familiar en tal estado. Pero el pelirrojo sólo dejó a su hijo, al saber que Astrid llegaba en un par de minutos, su hijo está en buenas manos.

-Él va a estar bien.- escuchó hablar a  Bocón. Ella giró su cabeza para mirarlo.

-¿Cómo lo afirmas?- le preguntó la rubia con voz quebrada

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-¿Cómo lo afirmas?- le preguntó la rubia con voz quebrada.

-Es fuerte. Tiene mucha fuerza de voluntad, saldrá de esta.- volvió a asegurar el experimentado jinete.

Hofferson se dirigió al sillón que estaba al lado de la camilla del hospital, se sentó allí y tomó la mano de él para besarla por prolongados segundos.

-¿Los demás vendrán?- preguntó el adulto sin dejar de mirar a su aprendiz.

-Sí.- respondió la muchacha de inmediato- Los Haddock quieren estar aquí cuando despierta, al igual que nuestros amigos.- informó también mirando a su castaño y acariciando con suavidad su mano.

Unos toques en la puerta llamaron su atención, voltearon a ver de quién se trataba y vieron a los chicos. No transcurrió mucho tiempo, antes de que la familia de Hiccup también llegara.

Pasaron unas cuantas horas y un apretón a la mano de cierta ojiazul, alarmó a la chica.

-¿Hiccup?- preguntó Astrid parándose de su asiento y acercándose a él

Vió como su novio abría lentamente sus ojos para dejar ver ese hermoso esmeralda que encantaba a la chica. La rubia esbozó una sonrisa.

-Hola, Mi Lady...- habló el ojiverde como pudo.

《CUIDARÉ DE TI》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora