《17》

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En la mansión Haddock Snow no había mucho movimiento, una adolescente peliblanca chateaba con su pareja, la castaña hablaba con su esposo por teléfono acerca de la sitiación de Astrid, mientras que un ojiverde bajaba las escaleras para ir con su mamá y hermana.

-¿Cómo está ella?- le preguntó Elsa al verlo llegar.

-Sigue con el efecto del tranquilizante, la acosté y arropé en su cama, decidí dejarla un rato para que descanse sola.- respondió él sentandose a su lado en el gran sofá que tenía.

La ojiazul no tartó en recostarse al lado de él dejando su cabeza sobre su hombro.

-Ni siquiera puedo imaginar el trauma que tiene ahora, todo lo que le hacía ese mounstruo... ¡Y lo ocultó tantos años!... Yo, yo no sabría cómo responder ante ello, posiblemente ya me hubiera suicidado. Astrid es realmente fuerte, hermano.- le comentó ella con gran pesar.

Hiccup asintió colocando su cabeza sobre la de ella y pasando un brazo por sus hombros.

-Tranquila, copo de nieve, ahora ella está con nosotros y la cuidaremos bien, así como lo hemos hecho contigo. Ninguna mujer debe ser tratada de esa forma, Astrid no volverá a pasar por ello y tú no lo harás, sino... Ni Jack, ni papá y yo responderemos por nuestras acciones.- le aseguró para calmarla, sabía que su hermana era muy nerviosa y de seguro ya se veía a ella misma en la situación de Hofferson y lo menos que quería era que ella también estuviera asustada.

-Muy bien, chicos, su papá ya tiene arreglado lo del psicólogo de Astrid, ya contactó al mejor instituto de Berk, pero antes de contratar a uno lo queremos hablar con ella.- les informó su mamá, una vez terminó de hablar con Estoico.

-Perfecto, mamá, calculo que ella deberá estar despertando dentro de 2 horas.- le respondió Hiccup.

-¡Ah! Y también les tengo una noticia más.- recordó Valka- Su padre me mencionó que es posible que lo tengan en observación por 1 semana y desde allí ya podrá venir aquí a casa a reposar.- reveló con gran alegría, la cual contagió a sus hijos.

Los adolescentes soltaron pequeños chirrillos de emoción y se levantaron del sofá para abrazar a su mamá.

-¡Eso es increíble!- exclamó Elsa, pero otra cosa se le vino a la cabeza- ¿Pero por qué no le decimos al director y a los profesores lo de Astrid?- preguntó rompiendo el abrazo.

-Oh, cariño, esa fue idea de tu padre.- respondió la mayor- Dice que como nuestra familia es pública tanto en la farándula como en la política, corremos peligros por parte de varias avariciosas. Tenemos que esperar a que ella se recupere completamente para reconocerla dentro de la familia Haddock, sino ella también correrá peligro y justo ahora está vulnerable psicológicamente.- le explicó y sus hijos asintieron.

-Personas avariciosas como Viggo y Ryker Grimborn.- murmuró Hiccup con seriedad y el ceño fruncido.

-Así es, ellos y toda su red criminal. Aún no los han atrapado, su padre lleva 17 años frustrados por esos hombres, en especial por vengar la muerte de Lagertha y Ragnar.- dijo Valka con un semblante más de tristeza- Pero, bueno, ya... No queremos ponernos tristes ahora, esperaremos a que Astrid despierte para llamar a su padre.- añadió tratando de recuperar los ánimos.

-¡Cierto!- gritó Elsa- ¡Jack me está esperando afuera!- dijo mientras tomaba desesperada su bolso y un abrigo, por si acaso.

-Jajaja.- su hermano rió- Frost, se va a molestar, sabes que no le gusta nada esperar.- comentó burlón.

-Citaré la frase de Patán: "Ya cállate, Hiccup".- le respondió molesta y luego le dió un beso a su mamá- Vuelvo pronto, sólo iremos a tomar un café.- avisó antes de salir por la muerta y correr a la camioneta de Jack, quien lo esperaba en las rejas de la mansión y ambos se fueron.

《CUIDARÉ DE TI》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora