Capítulo 31

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¡Nota rápida! Pronto haré un especial "Rompiendo la cuarta pared" donde personajes y lectores podrán interaccionar como en una ouija a través de un mediador: Yop :3

Así que aquí podéis dejarme los que queráis decirles o preguntarles a cada personaje (si preferís, podéis escribirme por privado), y del resto me encargo yo ^^

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Comercio

El Dragón Negro y el Feliz Grupo de Hambrientos se detuvo en una esquina. A pesar de ser bien entrada la tarde, la gente caminaba y charlaba tranquilamente, paseando mientras compraba y admiraba los puestos situados a los lados de la calle. 

-Muy bien.- habló el menor del grupo, poniendo los brazos en jarras e irguiéndose en su lugar. A sus pies había una tela extendida en el suelo, y sobre ella un montón de medicinas y remedios que Mio y él habían hecho juntos la tarde anterior. La gente observaba disimuladamente al gran grupo de personas, compuesta en mayor parte por hombres atractivos y con colores de cabello llamativos.- Ahora es cuando viene la parte importante. Como ya sabéis, estamos en quiebra.

-Lo sabemos.- murmuraron casi todos los demás a coro, a excepción de Shin-Ah y Mio, quien tiró de su capucha hacia abajo al percatarse de la mirada de un par de jóvenes mujeres sobre ella. 

-De alguna manera nos las hemos apañado para tener carne porque sabemos cazar, pero también queremos sal, arroz, armas y ropa, ¿¡no!?

-¡Por supuesto!

-Eso significa que necesitamos dinero, ¡sí o sí! Así que vosotros vais a tener que atraer clientes.- las bocas de Hak, Kija y Yona se abrieron de una forma cómica mientras Jae-ha sonreía pícaro.

-Eh... ¿No sería mejor pasar desapercibidos?- inquirió el moreno, con la cabeza levemente ladeada.

-En otros casos, sí, pero aquí vienen mercaderes, comerciantes y artistas ambulantes de otros países, así que a la gente no creo que les importe siquiera la máscara de Shin-Ah.- el nombrado se mantuvo en silencio.

-Pero nunca he intentado atraer clientes...- murmuró Kija, molestando a Yoon.

-El que no traiga a un solo cliente aquí... no comerá.- sentenció con un tono firme, haciendo que todos se girasen al instante de una forma cómicamente animada y comenzaran a caminar hacia la multitud en buscar de clientela, obedeciendo inmediatamente. 

Mio suspiró, separada del resto. 

-¿Hay que traer clientes o vale con traer dinero?- le preguntó a Yoon, todavía aguantando su capucha sobre su rostro.

-Supongo que mientras consigas dinero está bien.- respondió el menor, colocando bien unas hierbas sobre el cuenco de madera. 

-Bien.- la de cabello violeta asintió y se separó del grupo para perderse entre la multitud.

-Nunca pensé que usaría tácticas de inanición contra nosotros...- se lamentaba Kija en voz alta, caminando junto a los demás. 

-Que aterrador ataque especial.- afirmó Hak, con su usual tono serio.

-Comida~- cantaba el rubio, caminando tranquilo con los brazos cruzados tras la cabeza.

-Sin Yoon no sobreviviríamos.- intervino el de ojos caídos, totalmente realista. 

-Me pregunto cómo se atraen clientes...- murmuró Yona, pensativa. El Ryokuryū habló.

-Déjamelo a mí.

Caminó con su paso tranquilo pero atrayente hacia el par de mujeres que estaba observando a Mio antes. Les sonrió, les dijo unas palabras bonitas y señaló hacia el puesto de Yoon. Los tres caminaron hacia allí y en un segundo Jae-ha las estaba convenciendo de comprar cualquier cosa. 

Mi Dragón - Akatsuki no YonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora