Capítulo 16

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¡Hoy hay capítulo doble! Esta es la segunda parte ^^

Ambientado en los capítulos 64-65 del manga.

Festival del Fuego. 

Mio giró la calle y se metió por un callejón. Se ciñó la capucha al ver pasar a dos hombres y continuó su camino. 

Había recorrido casi toda la pequeña aldea en busca de algún peligro. Algo le decía que debía de mantenerse alerta y lista para saltar sobre cualquier enemigo. 

No parecía haber encontrado nada, así que se dio la vuelta y volvió al lugar con los demás, algo molesta por no haber dado con la causa de su mal presentimiento. Al llegar pudo verlos a todos menos al menor. Shin-Ah y Kija se encontraban a un lado, junto a Jae-Ha y a Yona. Hak se estaba preguntándole a unas mujeres sobre alguna tienda de armas y Zeno jugaba con Ao distraídamente al lado de la pelirroja. Retomó el paso tras observarlos unos segundos en silencio. Se situó al lado del albino y el de máscara, se apoyó contra un árbol y se cruzó de brazos. 

El joven y apuesto genio se acercó al grupo corriendo y llamando a la princesa a gritos. 

Todos le miraron sorprendidos, principalmente por la vestimenta que tenía. 

Llevaba un vestido tradicional largo blanco, con los bajos y las mangas con dibujos y patrones en rojo y amarillo, varios collares al cuello y una larga cinta roja oscura al rededor de su cintura. Parecía un vestido formal pero para una fiesta, junto a sus dos plumas en el pelo a su izquierda. 

-¡Yoon!- llamó Yona, algo preocupada al oír cómo la llamaba, mientras que Jae-Ha le observaba con un rostro extraño al ver lo femenino que le hacía ver aquella ropa. Su expresión en esos momentos era un poema.- ¡Te ves adorable! ¿Qué es este atuendo?- exclamó la princesa al ver el aspecto del menor, dejando su preocupación de lado al ver que se encontraba bien. 

-¡Disculpa que te lo pida, pero es horrible! ¡Ayúdame!- Mio le miró disimuladamente ante esas palabras, como si estuviera preocupada por su tono de voz y su súplica. Sólo un poco preocupada, un poquito. Casi sólo rozaba la curiosidad.- Encontré un cultivo en la aldea llamado semillas de Iza...- comenzó. Todos pusieron atención. 

-¡Eso es asombroso, Yoon! Como esperaba de ti, ¡trabajas rápido!- alabó la chica pelirroja. 

-El anciano que se encarga de ellas no nos las dará, pero... ¡me dijo que nos las daría a probar si usaba esto y me convertía en una bailarina para el festival de esta noche! ¡Dijo que este era el vestido de novia de su difunta abuela!

Mio, como si estuviera decepcionada, bufó y desvió la mirada, casi ofendida. Nadie pareció notarlo, y ella se preguntó a sí misma por qué se había preocupado. No le importaba ese chico, ni él ni nadie, sólo se preocupaba porque la princesa pelirroja estuviera de una pieza y listo. No sabía como sentirse al respecto, pero se sintió algo mal y extraña al darse cuenta de que habría estado dispuesta a ayudar al menor si el problema hubiera sido un problema real. 

Aunque lo intentó y lo aparentó, no pudo desviar su atención y siguió oyendo en silencio, agudizando el oído. 

-¿Una bailarina? ¡Suena genial! ¡Yo también quiero verte!- exclamó la más baja. 

Al ver que unas chicas se acercaban peligrosamente al peliazul, Zeno corrió en su ayuda y se puso a hacer malabares y a reír, atrayendo la atención de las mujeres que hicieron un semicírculo a su alrededor para aplaudirle y reír. Shin-Ah observó asombrado sentado desde el suelo a su hermano Dragón. 

-¡El problema es que no sé bailar!- continuó Yoon, cerrando los ojos y siendo totalmente sincero.- No me molesta usar el vestido de novia, beber con él por la tarde y mimarlo. 

Mi Dragón - Akatsuki no YonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora