Ambientado en los capítulos 69-73 del manga.
Campo de batalla.
Li Hazara cabalgaba detrás de Kan Soo-Jin, a una distancia segura, donde nadie podría verlos en el mismo plano. Ambos tomaban el mismo camino, uno casi a las puertas de la capital y otro pisándole los talones. Excepto ellos dos, las tropas de Sen y alguna parte de las de Soo-Jin, nadie se esperaba lo que estaba por ocurrir.
-Pronto estaremos dentro del área controlada por la Tribu del Cielo.- dijo Soo-Jin, serio pero elevando la voz para hacerse oír.- Mantendremos alejadas a las tropas de la Provincia de Sen.- mintió.
"Y luego capturaremos al castillo Hiryū... y reclamaremos la cabeza de Soo-Won", pensó.
Desde el reinado de Il, Kan Soo-Jin había estado reuniendo en secreto soldados y armas, aquellas que tan prohibidas estaban. La oportunidad de rebelarse se le presentó sola, llamando su puerta como si fuera el mayor de los milagros, la señal divina para que reclamara su trono. Todo su plan se vio algo perturbado al ver que Soo-Won estaba planeando una revolución, pero eso no importó. El rey actual, el hijo del general Yu-hon era, según el propio Soo-Jin, un mocoso ingenuo nada parecido a su padre, un chico malcriado que no podría dirigir el reino. Habían pasado tres meses desde que había tomado el trono, y no había demostrado nada que hiciera ver que era digno o capaz de liderar el reino.
Kan Soo-Jin creía ser más adecuado para liderar Kouka, como rey y como descendiente de los dioses.
-¡Infantería, deprisa!- gritó, liderando su ejército.- ¡Estamos entrando en Kūto!- dijo, avisando de la cercanía a la capital del reino y al castillo Hiryū. Sin embargo, la advertencia de uno de sus soldados lo sorprendió.
-¡General Kan Soo-Jin-sama!- exclamó. Alzó el brazo y apuntó al horizonte.- ¡Mire! E-eso es...
En el horizonte, ante ellos, se extendía una amplia muralla de soldados del Rey, permaneciendo en fila con las lanzas en ristre y las espadas listas para ser desenvainadas.
-¡¿Qué?!- exclamó el general de la Tribu del Fuego, sin dar crédito a lo que veía. El líder de Sen también detuvo su marcha y sus tropas al encontrarse con el panorama frente a ellos.- ¡Soo-Won-sama...!
Las nerviosas tropas del Fuego comenzaron a murmurar entre ellos y a removerse en su sitio.
-Su majestad Soo-Won-sama...
-La armada imperial...
Soo-Jin maldijo frustrado. Se preguntó ansioso si había descubierto su plan. Li Hazara no sabía reaccionar mientras miraba al joven líder de Kouka permanecer erguido obre su caballo, tranquilo y orgulloso.
-¡General Soo-Jin, ¿qué deberíamos hacer?!- preguntó un inquiero soldado.
-¡Calmaos! ¡Combinaremos las fuerzas con Sen en caso de que eso sucediese. ¡Asumid la formación de batalla! ¡Tropas de la Tribu del Fuego, dirigíos a la derecha! ¡Tropas de la provincia de Sen, a la izquierda!
Los soldados se movieron como fueron ordenados mientras que Hazara se ponía a la par de Kan Soo-Jin.
-Esto detendrá un poco las cosas.- dijo, todavía mirando al gobernante.
-Maestro Hazara.- saludó el contrario.
-Ese joven rey de ahí parece ser más competente de lo que escuché de su boca.- dijo, algo agresivo pero sin exaltarse.
-Es verdad que el mocoso no se comporta como acordamos con el plan.- afirmó Soo-Jin, sin poder llevarle la contraria.- Pero al final, él apenas es un novato que no sabe nada sobre el campo de batalla. Juzgando por lo que se ve, no tienen más de diez mil soldados. Nosotros tenemos veinte mil. Si tenemos más gente que ellos, tenemos ventaja a la hora de la batalla. Soo-Won pobremente no consideró que nuestras fuerzas estrían desde un principio en formación...- pensó, sintiendo que recuperaba de nuevo la confianza para ganar.- O lo trabajada que será nuestra coordinación.- Kan Soo-Jin sonrió de forma casi enfermiza de poder.- Con tanta diferencia de fuerza, ¡esto será realmente corto!
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Mi Dragón - Akatsuki no Yona
FanfictionCon el tiempo, la gente pierde cosas. Experimentar pérdidas es parte de la vida. También perder a personas importantes que cambiaron la forma de vivir esa existencia solitaria. Algunos pierden su primer amor. Otros, la armonía de sus relaciones. Se...