Mi Dragón - Akatsuki no Yona

Prólogo

No había pasado mucho tiempo desde que el extraño grupo de la princesa pelirroja había abandonado la casa del monje rubio, Ik-Soo, y ahora estos vagaban por los bosques hablando tranquilamente.

Pasaban de pueblo en pueblo y compraban las cosas que necesitarían para seguir adelante, antes de volver a sumirse en bosques llenos de vegetación buscando nuevas formas de ayudar al pueblo de la princesa, a unas personas pobres y hambrientas que eran atacados por bandidos, o asesinados sólo por las escasas pertenencias que tenían.

Siempre que podían echaban una mano, así para asegurarse de que esas personas no volvieran a sufrir tanto en su vida.

Pero un día, cuando pasaron bastante cerca de la frontera con el reino de Xing, los Dragones tuvieron que parar en seco su marcha y mirarse entre ellos, con en corazón latiendo desbocado en sus pechos.

Hasta Zeno, que en el fondo era el que más sabía de la profecía, se sentía inquieto por aquella extraña sensación que le asaltó de golpe, y no pudo hacer más que mirar a sus hermanos con nerviosismo e incertidumbre.

-¿Qué ocurre, chicos?- preguntó la princesa, dulce y preocupada.- ¿Estáis bien?

La Bestia del Trueno clavó su mirada en el mayor peliverde, en busca de una respuesta en sus ojos. Jae-ha sólo pudo observarle confuso y nervioso.

-Hey, ¿os duele algo? ¿Qué os pasa?- intervino el joven Yoon, llevando ya una mano a su bolsa por si tenía que sacar medicinas o vendas.

-Princesa, hay... una presencia...- murmuró el veinteañero peliblanco.

-¿Una presencia?- se extrañó.

-Me temo, querida Yona... Que es una presencia igual a la de los Dragones.- terminó Jae-ha, pasando su mirada del moreno alto a la pequeña pelirroja.

Eso sin duda acabó de hacer que la angustia y la inquietud reinaran el ambiente.

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327 palabras.

¡Hola! ¡Bienvenidos a esta nueva historia de Akatsuki no Yona!

Este es el prólogo, un poco corto, pero sirve para comenzar.

Historia con todos los derechos reservados; no robes ideas, pregunta antes.

¡Espero que os guste y que disfrutéis leyendo tanto como yo escribiendo!