Capítulo 9

1.5K 201 78
                                    

Sí, sé que ayer publiqué el capítulo anterior, pero me quedó un mal sabor de boca y no quería dejaros así...😢 No podía dormir y me sentía algo mal, así que aquí estoy, publicando de madrugada para vosotros/as...❤️

Por lo que aquí tenéis el siguiente capítulo... ¡Espero que lo disfrutéis!❤️

-

--⛩️---

Inténtalo. No lo intentes. ¿Lo intento de nuevo?

Cuando Mio cruzó la última línea de árboles antes de llegar al claro donde los demás se habían establecido, todos elevaron la mirada hacia ella con una exhalación. 

Yona fue la primera en acercarse corriendo, seguida de Yoon, mientras que la mayor se detenía con cara de pocos amigos. 

-¡Mio! ¡Estás bien!- Yona quiso abrazarla, pero la mirada oscura de Mio la hizo cambiar de idea. Yoon tomó la mano izquierda de la de pelo violeta, y ella dirigió su mirada fúnebre a él. 

-Espera, deja que te...

-No necesito ayuda.- de un tirón, liberó su mano de la del menor, y andó para dejarlos atrás a ellos y a sus rostros confusos y preocupados. Pasó al lado de Kija, de Hak y de Shin-Ah, antes de sentarse en las ramas del árbol más cercano a la hoguera, casi oculta entre las hojas. Zeno observó cómo Jae-Ha llegaba detrás de ella, con un rostro serio, y se hizo el silencio en el lugar. 

Aquella tensión de la que creían haberse librado los días anteriores había vuelto más fuerte que nunca, haciendo que todos sintieran que pronunciar una palabra sería algo parecido a firmar una sentencia de muerte. 

En silencio, todos se fueron yendo a sus tiendas, excepto Hak, quien permaneció recostado contra un árbol con los ojos cerrados. 

Cuando todos se habían marchado y había pasado el tiempo suficiente para que todos ellos se durmieran, Hak se acercó al árbol donde permanecía la inmortal. Se quedó debajo de este, esperando a que le mirara, pero ella lo ignoró totalmente.

 -Gracias por salvar a la princesa.- dijo, hablando con sinceridad.- Aunque no lo hicieras por voluntad propia.- se apresuró a decir, al ver que ella abría la boca para tomar aire y decir algo. Aún sin mirarle, cerró la boca y esperó en silencio.- No sé que hubiera hecho si la hubiese perdido. 

Ese fue el momento en el que la inmortal Mio bajó lentamente su mirada, casi con dureza, y miró al moreno sin una expresión en sus ojos que no fuera la indiferencia. El guardaespaldas suspiró. 

-Tenía miedo de que hubiese podido perderla. Sigo teniendo miedo. En aquel momento lo único que podía hacer era repetirme que ella estaba bien, que la estaba sujetando con mis manos y que la tenía a mi lado. No podía hacer nada más que eso.- hizo una pequeña pausa, dónde la mayor lo miró sin decir nada.- Quizás empezamos mal, pero lo único que me importa es el bienestar de la princesa.- pensó en sus siguientes palabras, pero no sabía muy bien que decir. Todo lo que salió de sus labios fue una disculpa.- Lo siento. Quiero comenzar contigo de nuevo. 

Mio se debatió a sí misma en silencio, y sus ojos reflejaron sin querer sus sentimientos. Casi parecía que dentro de ella habitaban dos Mio distintas. 

Aquella que se hacía ver, la que no quería necesitar a alguien aunque fuese en su propia contra. La fría que quería prevenir para no salir malparada. 

Y estaba aquella que deseaba intentarlo de nuevo. 

Quería conocer, quería sentirse necesitada y alguien en el mundo. Estaba harta de ser una sombra o un objeto roto, y que necesitaba ser reparada y quería arriesgarse a ello. 

Mi Dragón - Akatsuki no YonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora