Capítulo 14.

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NARRA ARMIN.

"Le he propuesto una cita... Le he pedido que tengamos una cita" Me repito una y otra vez mentalmente mientras que doy vueltas cómo un poseso en la sala de espera de la enfermería. Estoy esperando a que Mikasa salga de uno de nuestros chequeos mensuales para comprobar si los entrenamientos no están pasando factura y más utilizando diariamente el equipo de maniobras que nos deja los músculos de todo el cuerpo entumecidos y magullados.

-Ya estoy- Sigo ensimismado en mis pensamientos cuándo escucho la voz de Mikasa detrás de mí, que se está enrollando su bufanda al cuello. "Me da calor solo de verla. O es que yo estoy muy acalorado"- ¿A ti que te han dicho?

-Todo bien, que llevo las heridas que me producen las correas de los arneses muy bien para no haber ido a la enfermería- "Teniendo en cuenta que el masaje con crema me solucionó el tema de las heridas poca ayuda médica necesito"

-Ah, ¿Y esa mejoría no tendrá nada que ver con cierta rubia semi-desnuda en tu cama verdad?- Me pregunta zalamera dándome pequeños codazos, que con la diferencia de altura que hay entre los dos, me dan en el hombro.

-¡Mikasa!- Le llamo en susurros algo alterado, ojalá nunca hubiera visto lo que pasó el otro día- Cómo se te escape delante de alguien un comentario así, les diré a todo el mundo como le dejas el cuello a Eren cada vez que estáis solos.

-Enano manipulador...- Me espeta perdiendo la gracia en su voz.- Aunque tú tampoco puedes recriminarme mucho- Se fanfarronea, señalándose una parte del cuello. Yo entiendo lo que me quiere decir y me giro hacía uno de los ventanales del edificio que me sirve como espejo para poder vislumbrar la marca morada que amenaza con salir del cuello de mi camisa. "Mierda Annie, menos mal que te dije que no te pasaras" Pienso lastimero.

-Touché.- Le digo a modo de darle la razón, a la vez que intento disimular el chupetón levantándome el cuello de la camisa lo más que puedo.

-¿Al final se lo pediste?

-¿Pedirle el "qué"?- Le pregunto algo confuso. Lo que nunca termino de entender de Mikasa es que estamos hablando de una cosa y cambia de tema así de repente sin contexto ninguno.

-Qué si le pediste ya salir, genio. ¿Qué le vas a pedir? ¿Qué te dé una paliza por gusto? Nunca te he visto como alguien masoquista Armin.- "Bueno, lo de la paliza por puro gusto tampoco te vas mucho. Y más cuándo fui yo, él que le pidió que entrenáramos juntos." Pienso irónico.

-B-bueno, salir, salir no. Pero le invité a cenar. Ya sabes, cómo una cita. Y ella aceptó encantada, bueno con una condición.

-Por favor, dime que esa condición no implica que tú tengas que cocinar.- Noto la preocupación en su rostro. "¿De verdad cocino tan mal?" Me pregunto decepcionado y dolido por su desconfianza.

-La verdad es que sí...

-Vaya, nunca pensé que me apiadaría de Annie, si yo fuera ella no iría con tal de proteger mi estómago.

-No va a tener que proteger nada porque no voy a crear una abominación culinaria ni nada por el estilo. Solo voy a hacer una receta que me enseñó mi abuelo, aunque hace años que no cocino eso, y más desde que hay sequia de carne.

-Ahora no quiero ni pensar si fuera Annie. Lo que sea que cocines no desearía que lo probara ni mi peor enemigo.

-Gracias por los ánimos...- Le recrimino apenado, con la cabeza gacha. Sin avisar Mikasa deja caer su mano sobre mi cabeza y la gira hasta que me quedo mirándola a los ojos.

-Seguro que consigues enamorarla, si no lo está ya claro...- Me dice para animarme y luego me da un beso en la frente cómo nos daba Tía Carla cuándo teníamos pesadillas de pequeños. Incluso ahora se le quedan esas pequeñas costumbres.

Buena persona (Armin X Annie) (Aruannie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora