Pasaron varios días desde la lucha que se dio a conocer al mundo como la Batalla de Trost. Los Cadetes de la 104º retrasaron su elección de facción militar durante horas debido a las labores de búsquedas de cadáveres e ilusoriamente, de supervivientes. Entre los voluntarios de rastreo se encontraba Jean Kirschtein quien quedó traumado al encontrar algo que, aunque no quisiera, ya tenía algo asimilado.
Marco Bott, soldado de la Unidad de Instrucción 104, y candidato a Policía Militar, con el noble objetivo de servir al lado del Rey, yacía apoyado en una casa abandonada. El cadáver del moreno solo mostraba medio rostro, ya que la otra mitad se la había comido su asesino. Su ojo sin vida le daba una sensación de tristeza al chico fallecido.
Jean, al ver al que, hasta ese momento había sido su mejor amigo, a quien le había depositado toda su confianza y sus secretos más íntimos, no pudo hacer nada, se quedó enfrente del muerto, con los ojos abiertos de par en par. Su respiración era entrecortada, o más bien, es que le costaba respirar. No se lo podía creer, Marco fue el número siete dentro de los diez mejores Cadetes. Era un increíble soldado en cuánto maniobras tridimensionales se hablase, además de muy ágil esquivando a los Titanes. Lo único que podía haber pasado es que su escacharrado equipo de maniobrases le hubiese condenado a la muerte.
"Ahora puedes descansar amigo" Le declaró en su mente mientras aceptaba la cruda verdad, Marco ya no volvería a su vida y debía seguir adelante. Se lo debía, seguro que en caso de que se cerrase y se derrumbase a llorar y pedir no continuar con su vida militar, Marco se decepcionaría, si siguiera vivo lo apoyaría hasta el final. Jean se convertiría en el Comandante de la Policía Militar para que cuándo mirase al cielo, levantaría la cabeza con orgullo y diría: "¿Lo ves Marco? Lo he conseguido. Solo espero que si me estás viendo, estés orgulloso de mí"
Dio el nombre de su difunto amigo a la supervisora del conteo de cadáveres y junto con unos soldados cargaron los restos mortales del moreno para sacarlo de la ciudad que lo envió al más allá donde seguro que estaría observando a sus amigos. Llevaron al chico hasta una pira funeraria donde descansaban decenas de soldados que habían conseguido encontrar. Muchos otros no habían tenido la misma suerte y, o estaban en el estómago de los Titanes cuándo estos fueron asesinados, por lo que no había rastro alguno de cadáver, o los cuerpos estaban tan destrozados y devorados que no eran capaces de reconocerse.
"Que fastidio" Pensó lastimero, si hubiera sabido a lo que se tenía que enfrentar, nunca se habría alistado al ejército. Ahora solo podía esperar órdenes o esperar al día de elección. Tardaron varias horas más, pero por fin pudieron recuperar la gran mayoría de sus compañeros fallecidos. Se hizo de noche y el resto de sus camaradas se unieron a él, aunque si que faltaban algunos de ellos.
Armin y Mikasa se encontraban en ese momento en el Interior, en el Distrito Stohess, testificando a favor de Eren en el juicio de guerra para decidir si debía morir o su poder era producente y efectivo para la humanidad. "Más vale que sigas con vida cuando vuelvas suicida. Y más con toda la que has liado aquí" Pensó algo triste. Le daba una rabia terrible, pero de una forma u otra, debía admitir que se preocupaba por la seguridad de Jaeger.
Jean se puso junto a Reiner, Annie y Bertholdt, quienes se mantenían en silencio mientras la pira ardía, incinerando los restos de carne y hueso, calcinándolo todo en un único montón de cenizas y huesos negruzcos. No se dio cuenta hasta que pasó algo más de tiempo, pero escuchó como Connie lloraba desconsolado, arrodillado y abrazándose la cabeza con las manos. Parecía atemorizado, aunque nadie podía recriminárselo, todos en el fondo tenían miedo y si no lo hacían era de alguien que no tenía cerebro o estima por su propia vida.
Kirschtein se agachó y recogió unos pedacitos de hueso incinerado, preguntándose a quienes pertenecieron en vida. "Si no me hubiera convertido en soldado, no me tendría que ir preguntando quienes estarán en la próxima pira" No podía parar de pensar en los sacrificios que supondría convertirse en un verdadero soldado, y de todas las personas que tendría que despedirse en el día que morirían, porque en ese mundo infernal, morir estaba casi asegurado. Pero claro, él se iría a la Policía Militar y no tendría que preocuparse por ello ¿Verdad?
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Buena persona (Armin X Annie) (Aruannie)
Fanfiction-¿Que quieres Arlet? -N-Nada, solo quería decirte.... Que para mi eres una buena persona...Annie Leonheart- dijo el de ojos marinos con una sonrisa verdadera de amistad y bondad. Decidí hacer esta historia de Armin y Annie porque cada historia que v...