Buena persona (Armin X Annie) (Aruannie)

Capítulo 22.

NARRADOR.

La Líder de Escuadrón Hanji Zoe, paseaba con calma y pasividad por los alrededores del antiguo Cuartel General de la Legión de Reconocimiento. Era extraño que tuviera tiempo libre después de casi un mes de ajetreo continuo debido a la 57º expedición fuera de los Muros. Pero gracias a su incansable lugar teniente, Moblit Berner, había conseguido tener todo el papeleo en regla y listo para entregar a su Comandante ese mismo día por la noche. Por lo que al menos tenía ese día libre para ella.

El problema es que Hanji no tenía muchos pasatiempos; sus única pasión era aprender más y más sobre los Titanes, y solo contaba con una afición en particular para distraerse, y era molestar a su menudo compañero de batallas, Levi Ackerman, hasta el punto de que este la persiguiera con instintos homicidas. Dejando en un lado aparte todos los malos momentos que se pasaban en la Legión, esos pequeños ratos que pasaba con su viejo amigo eran inolvidables, aunque bueno, en la mayoría ella terminaba inconsciente, pero al menos valía la pena.

La castaña no sabía muy bien que hacer en su día libre, ya que todos los demás si que tenían cosas que hacer; los soldados recién llegados, a los que le había llegado a coger aprecio increíble con una rapidez asombrosa, tenían entrenamientos continuos para aumentar el nivel de sus técnicas de combate y maniobras. Habían entrenado duro durante tres años, pero ahora estaban en la Legión de Reconocimiento, donde por cada misión, morían el treinta por ciento de sus integrantes, por lo que necesitaban mejorar si querían sobrevivir a su primera expedición.

El Capitán Levi, se había encargado personalmente de su adiestramiento intensivo, por lo que los avances crecían exponencialmente, al igual que el cansancio y las heridas de los jóvenes soldados, a quienes no les daba la vida para mantenerse en pie. Era increíble como el menudo Capitán podía estar durante horas entrenando y apenas mostraba signos de cansancio. De hecho, la única que podía llegar a seguirle el ritmo de cerca era Mikasa Ackerman.

En ese momento, Hanji fue a buscar a Levi, por si podía entretenerse un poco a su costa. Lo buscó por todas partes, desde el bosque donde entrenaban con los equipos de maniobras, hasta el despacho de su moreno amigo donde le encantaba relajarse leyendo algún libro mientras tomaba su té negro por excelencia. Nada, aún buscando por debajo de las piedras no conseguía encontrarlo, así que cómo último recurso, probó con la cocina, y lo que vio le conmovió por dentro.

Levi se encontraba allí, pero no estaba solo; lo acompañaba Sasha Blouse, la chica patata, según creía recordar que sus amigos le habían bautizado con ese mote. Ambos estaban concentrados en los fogones. Mientras Sasha pelaba, cortaba y salteaba las verduras, Levi se encargaba de hacer una sopa con raíces y vegetales que crecían por el bosque, que a juicio de Hanji, olía de maravilla.

-Ten cuidado con el punto de cocción, no dejes las verduras sin supervisión o se quedarán muy blandas si las dejas mucho tiempo en el fuego.- Le explicó el Capitán con toda la paciencia del mundo mientras comprobaba lo que hacía la chica patata.

-Entendido- Confirmó sonriente y feliz. Si Hanji no recordaba mal, la segunda pasión favorita de Sasha, después de comer, era cocinar, por lo que ese momento sería más que reconfortante para ella.

-Cuándo termines con las verduras pásame el pato fileteado y bien limpio y lo echamos a cocer juntos con las raíces.- Le ordenó con amabilidad, para después darle un sorbo a su taza de té, con la que le encantaba cocinar.

La verdad es que fue un acierto juntar a Levi y Sasha en la misma cocina. Desde el primer día que el Capitán accedió a darle alguna que otra clase de cocina, todos los presentes en el Cuartel habían salido beneficiados en cuanto a placer culinario se refería. Todas los días cocinaban juntos, tanto para hacer la comida, como para preparar la cena. Hanji sonreía alegremente cada vez que los veía juntos, aunque Sasha era a veces algo desastre en cocina, Levi contrarrestaba sus defectos con unas increíbles dotes de mando y organización para que la comida siempre saliera espectacular.