Buena persona (Armin X Annie) (Aruannie)

Capítulo 36.

NARRADOR.

-Estaba deseando verte...- Sonrió con felicidad y tristeza por partes iguales. En ese momento ella se dio cuenta que Eren podía llegar a tener razón: "Creo que tú eres la solución para su tristeza" Aunque era demasiado bueno para creer que una asesina como ella podía ser algo tan bonito para un trozo de cielo como Armin.- Siéntate si quieres...

Accedió y se sentó a su lado, dejando a penas veinte centímetros entre ellos, adoptó la misma postura que él y se abrazó las rodillas con los brazos, además escondió parte del rostro en ellos, en parte por la vergüenza de estar a su lado, pues no sabía como hablarle. Habían pasado muchas cosas y el pobre estaría destrozado, sería más que absurdo preguntarle como estaba, pero esa era la forma de preocuparse por alguien ¿No? Armin siempre estuvo para ella cuando perdió a Mina y lloró en secreto la muerte de Marco, de igual manera la apoyó en el cementerio cuando se despidió de Sasha y de su inseparable amiga de negras coletas. Por tanto era el momento de que fuera ella quien lo apoyase hasta que pudiese pasar la fase de duelo, y si de verdad lo amaba, estaría a su lado aunque ese duelo durase años. ¿Al fin y al cabo no es lo que quería? ¿Estar con él todo el tiempo que le deparase la vida?

-¿Necesitas hablar? ¿O prefieres estar en silencio?- No era una persona muy empática emocionalmente hablando, y no sabía como tratar a una persona que sufría tantísimo como lo hacía él. Pensaba en abrazarlo como el chico hacía cuando le tocaba apoyarla a ella, pero tampoco se atrevía a mantener contacto físico.

-Estar contigo es lo único que necesito, pero podemos hablar si quieres...- "Ay Armin, ¿Por qué eres así conmigo?" Cada muestra de cariño se transformaba en una daga directa que la atravesaba y perforaba su corazón ya destrozado.

-¿Cómo estás?- Se sintió realmente inútil al preguntar algo de lo que era más que obvia la respuesta, pero tampoco sabía como empezar, solo esperaba que no la odiara aún más.

-Yo... Los echo de menos... A Hanji-san, a Eren...- Por cada palabra que conseguía decir, el nudo que se formaba en su garganta, se engarzaba más y más, dejándolo sin apenas poder hablar.- Ella era como una madre, fue una de las que me enseñó a ser la persona que soy ahora, siento que no puedo continuar con todo esto sin ella...- Se rasgó por dentro y comenzó a llorar.- Y Eren... Era mi hermano, mi otra mitad, nada tiene sentido sin él. Eren y yo nos propusimos explorar el mundo, nuestro sueño, nos convertimos juntos en soldados, ¿Qué haré yo si no lo tengo a mi lado? Y luego tengo que pensar en Mikasa, en como estará, cuidarla ahora que él ya no está para hacerlo, pero también debo seguir con mi papel de Comandante... Es demasiado...

-Armin...- "¿Qué digo? ¿Qué puedo hacer?" Se carcomía por dentro por ser incapaz de subsanar su dolor. Levantó una mano vacilante en si hacer lo que se le acababa de pasar por la cabeza, pero debía hacer algo y rápido. Agarró al chico por los hombros, con ternura, y lo acercó acariciándolo, hasta que lo pudo recostar sobre su pecho.- Ya está... Tranquilo, no pasa nada... Estoy contigo, llora todo lo que necesites.- El chico se agarró a su sudadera con ambas manos y escondió su lloroso rostro en el cuello de la fémina, y continuó llorando amarga y desgarradamente. Sin poder evitarlo, gritó con desesperación, hasta que su garganta se irritó por el esfuerzo.

Acarició el cabello del ojos celestes, con ternura y parsimonia, acunándolo y susurrándole en todo momento que pasase lo que pasase estaría a su lado para lo que necesitase. Armin lloró durante aproximadamente quince minutos, con una respiración tan acelerada que hiperventilaba, había perdido a dos de las personas más importantes de su vida, y estaba sufriendo las consecuencias emocionales. Ella tampoco estaba en muy buenas condiciones; nunca tuvo relación con Hanji Zoe, pero siempre la respetó por su determinación, y Eren era un caso a parte, tuvo que enfrentarlo varias veces, y él casi la mató inconscientemente, pero aún con todo eso, lo tuvo en alta estima por encima de todo.