Capítulo 44.

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NARRADOR.

-¿Lo tenéis todo listo?- Levi repasaba en su pequeño cuaderno, que anteriormente perteneció a un camarada y amigo llamado Moblit Berner, todo lo que deberían llevarse a la isla. Ya que físicamente el resto de sus acompañantes no le dejaban aportar ayuda, este se vengaría obligándoles a hacerlo todo perfecto.

-Es la vigésima vez que nos lo preguntas viejo, por más que preguntes, las maletas no van a desaparecer. Sí, hemos guardado la ropa, toda tu colección de mezclas de té, tu tetera favorita, y la mitad de la casa, incluso llevamos esa monstruosa silla de ruedas.- Gabi era todo lo contrario al hombre que ahora era su padre legal, lo quería, pero la exasperaba cuándo se volvía tan maniático a la hora de hacer un viaje o planear algo.

-No seas tan borde Gabi, sin Levi no conseguiríamos trasladar todas nuestras pertenencias sin perder nada por el camino.- Onyankopon como siempre, se mantenía calmada y apacible, siguiendo al pie de la letra lo que le pedía su jefe y amigo.

-Ony, creo que ya lo tenemos todo, ayuda con las últimas cosas a Falco y cerrad la puerta, no creo que volvamos...- La castaña puso cara de soslayo, haciendo un puchero exageradamente pues le había cogido cariño a la villa donde vivían. Villa Isabella, había sido su lugar de residencia durante los últimos años aunque viajaban frecuentemente, siempre volvían a su pequeña morada, los quejidos interminables de la chica volvían loco al antiguo Capitán. "Dios Moblit, ahora te entiendo cuando tenías que cuidar de la cuatro ojos las veinticuatro horas del día. Te mereces el cielo solo por eso." Le contestó en su mente, mirando al cielo.

Ese había sido la última vez que pisarían el país donde habían vivido, cuatro días después, y un incesante viaje en barco que acabó para alegría del joven Falco que vomitaba cada dos por tres por la borda del navío. Llegaron a Paradise a primera hora de la mañana, algo cansados, pero emocionados por ver a sus amigos de nuevo. Desembarcaron y fue su antiguo equipos, los chavales que entrenó con tanta dureza para que se convirtieran en lo que eran ahora. Incluso Mikasa se encontraba entre ellos. Gabi activa como siempre, saltó a los brazos de su primo mayor, al que no veía desde hacía años y del que solo sabía como le iba por carta.

-¡Te he echado de menos primo!- Lo abrazaba tan fuerte que lo estaba incluso asfixiando.- Uy perdón.- Soltó su atadura y esperó a que se recompusiera.

-Y yo a ti Gabi.- Correspondió entre tosidos y acariciándose la garganta.- ¡Vaya! Estás preciosa, ya pareces toda una mujer adulta.- Levantó la vista de su prima para ver al que era su novio.- ¡Falco!- Lo cogió sin que pudiera si quiera resistirse y lo estrujó en un abrazo de oso.- Tú también has crecido bastante, ¿Cómo se ha portado la gamberra de mi prima este durante este tiempo?

-Bueno...- Quería contestar con sinceridad pero Gabi carraspeó como señal de advertencia y al pobre rubio se le heló la sangre solo de pensar lo que le haría si la dejaba en mal lugar.- Podría haber sido peor...

-¡Falco! Pero si he sido una chica muy buena y no he dado ningún problema.

-En eso tengo que protestar mocosa.- Levi, que era el último en bajar del barco junto a su amigo y ayudante, rebatió con tono serio el comportamiento de su pequeña.

-¡Capitán!- El primero en saltar a abrazar al hombre postrado en una silla de ruedas fue Armin, quien parecía ser el que más lo añoraba. Levi se quedó estupefacto, si bien Gabi era cariñosa por naturaleza y lo abrazaba de continuo, jamás se acostumbraría a esas muestras de afecto.- Me alegra que hayas vuelto.

-Lo has hecho bien Armin, muy bien. No sabes lo orgulloso que estoy de ti... De todos vosotros.- Felicitó sus buenas acciones a lo largo de esos tres años en los que se dejaron la piel y el alma para conseguir un atisbo de paz, ahora que habían ganado la primera batalla hacía la paz, quedaba mucho trayecto por delante.

Buena persona (Armin X Annie) (Aruannie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora