• AMORES DE INSTITUTO • [2]

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- ¡Mamaaaaaaa! - al escuchar el fuerte grito de su hijo , Silvia pegó un brinco del sofá y subió corriendo .

Había sonado tan angustiado , que sabía que algo pasaba .

- ¿Que ha pasado? - preguntó entrando en el cuarto para ver a Raúl a medio camino de la puerta , cojeando y todas las sábanas con manchas que parecían ser de agua - ¿Pero qué has hecho con el agua? ¿Estás bien?

- La he escupido ¡Pero no hay tiempo! ¡Tienes que llevarme al aeropuerto!

La mujer frunció el ceño , confundida .

- ¿Pero de qué hablas?

- ¡Rápido , que no hay tiempo!

- Raúl...¿Te encuentras bien? Espera , que voy a por el termómetro .

- ¡Pero déjate de termómetros , que se va!

- ¿Quien?

- Joder...¡Vamos , te lo explico por el camino!

Silvia le ayudó a llegar a las escaleras y a bajar por estas , pero el pelinegro iba con tanta prisa que temía que se hiciera daño .

- Cielo , no deberías hacer tanto esfuerzo , no estás recuperado del todo...

- Eso da igual ahora...

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Lolito suspiró al verse frente a la puerta , no quería echarse atrás , de verdad quería despedirse de Mangel por si no se volvían a ver , pero si le abrían sus padres...

Y justo eso fue lo que pasó , fue Álvaro quien abrió la puerta segundos después de pulsar el timbre .

- ¿Y tú qué haces aquí?

- Venía a...a hablar con Miguel...

- Quedamos en que no volverías por aquí .

- Solo será un momento , ya sé que se va a Francia y solo quiero despedirme .

- Has tenido tiempo suficiente , ahora largo , que está ocupado .

- Porfavor... dígale al menos que salga él...- era la primera vez en...¿Toda su vida? Que le rogaba a alguien que no era su niña , y más a alguien que lo habría tratado tan mal como lo había echo ese hombre el día de la cena entre familias .

Álvaro pareció pensarlo muy fríamente , pero finalmente , asintió de forma ligera y casi indistinguible y entrecerró la puerta , dándole a entender que iría a avisar a su hijo .

El pelinaranja suspiró , no sabía todavía lo que le iba a decir , de hecho estaba pensando en...

No , su relación había acabado y no podía echarse atrás ahora .

Pero y sí...

No podía , sabía que no debía , y menos ahora con el enfrentamiento que había entre sus familias y que el menor ya tenía claro que se iba .

Lo echaría tanto de menos...

Levantó la vista al sentir la puerta abrirse y se encontró con Mangel frente a él , mirándolo con confusión , pero estaba tan guapo así vestido...

- Hola...

- ¿Q-qué haces aquí?

- Pues venía a despedirme .