• AMORES DE INSTITUTO • [2]

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- - - - - - - - - - - - Pesadilla - - - - - - - - - - - - -

Vegetta miraba hacia arriba pero sin ver nada , la oscuridad de la habitación se lo impedía . Todo estaba en completo silencio , o lo estaría así si no fuese por los ronquidos de Doblas .

Le asombraba lo increíble que podía ser esa sensación de dormir entre Rubén y Guillermo , uno que apenas se le oía respirar y otro que roncaba como un cerdo constipado , uno que no se movía en toda la noche y otro que daba tantas vueltas que a veces incluso rodaba sobre los otros dos hasta caer por el lado de la cama contrario al que le correspondía , uno que ahora mismo solo se hacía el dormido mientras pensaba en muchas cosas a la vez y otro que ya estaba por su quinto sueño y a solo dieciséis minutos de levantarse a comer su ración de galletas de la madrugada .

Ambos muy distintos , y tal vez eso era para el pelinegro lo que tanto le gustaba , lo hacía sentir completo .

Y sí , sabía que Willy también estaba despierto en esos momentos , pero no quería irrumpir en sus pensamientos .

Solo una cosa pasó de repente por su cabeza , una escena que no tenía nada que ver con aquella situación .

Fue apenas en un par de segundos , aquella imagen de Willy con otra persona desconocida , riendo con un tierno sonrojo en sus mejillas mientras él solo observaba desde lejos con la mano de Rubius separándose lentamente de la suya y haciendo que éste también se alejase . El rostro de la persona junto al albino no tenía rostro , pero aún así sentía un odio que nunca antes había experimentado . Su mano derecha se volvía fría al sentir el tacto cada vez más lejanos del castaño . Miraba hacia todos lados , sin saber por dónde empezar .

Sí por correr tras Rubén o salir tras Willy .

Pero ambos se alejaban sin moverse , más rápido de lo que sus pies podían correr , y ya no sabía en qué dirección corría o a cual de los dos tenía frente a él . Solo sabía que los gritos tampoco salían de su garganta , había quedado mudo e incapaz de reaccionar . Lo único que podía hacer , era sollozar , mientras susurraba tan alto como podía sus nombres , cada vez más alto hasta que su tono se elevó y sintió su garganta arder por tanta fuerza que empleaba en aquello .

Sintió como su cuerpo caía hacia adelante como si la fuerza lo abandonase de repente , y el suelo se volvía oscuro , inexistente , al igual que todo a su alrededor .

Solo veía aquél tren en el que ya una vez se había despedido de Rubius , vio como se marchaba .

Solo veía a aquella persona sin rostro tomar la maleta de Willy a la vez que su mano y guiarlo junto a él hasta una puerta que parecía ser el final de todo .

¿Y porqué no podía hacer nada? ¿Porque todo pasaba tan rápido? ¿Porqué lloraba como si fuese un niño pequeño con sus rodillas lastimadas?

Los sollozos se volvieron entrecortados , y sus pulmones no eran capaces de llenarse de aire . De hecho , cada vez le costaba más llenarlos , y cada vez entraba menos y menos aire en ellos .

Sentía náuseas , y las lágrimas calientes resbalar por sus mejillas y nublaban su vista .

La puerta se cerraba , el tren desaparecía , ya no había nada frente a él . O nada importante , más bien .

Solo aquella enrome casa en la que ya se había acostumbrado a vivir sin perderse , y dos hombres a los que solía llamar padres y que no parecían verlo a él . Solo estaban pendientes de llamadas y papeleos importantes de su trabajo .

Sentía que estaba cayendo de nuevo , sentía que estaba cerca de chocar contra el suelo .

Cerró los ojos con fuerza , y de un espasmo salió de su ensoñación .