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Las tres historias de: Camelia, Orange & Elizabeth.
Parte II.
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De pronto ella se encontró vestida en camisón - Distinto al que traía. - a lado de un lago, al otro lado del lago a distancia se hallaba parada sola en el medio de un monte dónde su vista se clavó en una capilla pintada las maderas de rojos y blancos, en lo cual en la entrada había una columna de cada lado rodeadas de enredaderas con flores amarillas y negras.
La puerta se encontraba en pleno abierta y Elizabeth podía apreciar con desconcierto su interior del lugar de dónde estaba el otro lado del lago.
El frío envolvía la noche.
En su interior vió a un cura anciano vestido de rojo, observó sombras de personas allí a dentro pasar...
Elizabeth se fregó los ojos unos momentos y luego volvió a mirar, pronto se encontró adentro de la capilla y no al otro lado del lago, entonces se preguntó con el corazón palpitante de como llegó hasta acá, no sólo eso, ahora optaba con un vestido blanco y largo por encima de los tobillos, con cabello recogido.
¿La gente vestidas de fiestas? Ya no se encontraban ahí.
Buscó con la mirada, nerviosa, en todas direcciones preguntándose a donde se habían ido todos, cuando de pronto chocó visión con alguien que se había quedado allí, sentado en una banca en la quinta fila.
Era un joven de cabello corto oscuro algo desprolijo, vestido con un gabán bordó, camisa blanca y pantalón negro. Traía consigo una rosa blanca en su bolsillo del gabán del lado derecho de su pechera.
La chica dió varios pasos atrás en posición de alerta. Él la estaba miraba con la cabeza algo inclinada.
Elizabeth en un descuido repentino lo encontró delante suyo en tiempo de un segundo sin venirlo venir aquel hombre joven.
Quiso gritar por su aparición repentina pero no pudo porque él justo la calló tapando su boca con la mano.
