•Advertencia. En éste capítulo hay algunas palabras fuertes para la imaginación del lector@ , se pide discreción al continuar la lectura.
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1744 ~ Enero.
Alexander Von.
Me dirigía a su pastelería a ver si lograba verla y simular que me la cruzaba por accidente. Era 3 de enero y los adornos navideños iban permaneciendo hasta el 6, adornando las vidrieras, las calles y postes de luz.
Estaba cuidadoso de no cometer sospechas de los que trabajaban con Spenso Green por un puñado de monedas.
No la veía a Libia Martínez desde que huí por su ventana y días después me sorprendió su mudanza antes de navidad.
Tenía que verla si no era que me relató con los oficiales. No sabía dónde ella vivía ahora pero si conocía dónde encontrarla, en su laboral más comprometedor.
Me estaba acercando al lugar y crucé por el lado de un reloj grande que marcaba su aguja las 18 horas, luego crucé la esquina, siempre con el sombrero dando sombra cubriendo mis ojos para que no me reconocieran. Finalmente allí pude apreciar al otro extremo de la calle a la pastelería que llevaba un adorno de un moño rojo muy grande por encima de la entrada, los ventanales adornados con guirnaldas doradas como el cabello de esa chica.
Me acerqué sin dejar de mirar al piso, pasé de largo la entrada que había muchos clientes, hasta detenerme al borde al final del ventanal haber si conseguía verla a Libia. Luego de unos tardíos en buscar su silueta entre los clientes, la vi, mi corazón se aceleró de los nervios, creo que es hora de pasar al interior del local.
Pero cuando iba hacerlo alguien uniformado con un traje bordó y corbata rosada cubrió su figura delicada, mi boca se abrió tragándome la sorpresa que me llevaba. Brandon estaba allí, poseía un cartelito de empleado y la ayudaba en todo momento con la ola de clientes por comprarle pan dulce hecho a manos con cremas/chocolates y de otros con rellenos con dulces de frutas.
Brandon parecía estar para vigilarla porque no me parecía estar por necesidad en el lavor.
Si Brandon estaba ahí seguramente Spenso estaba detrás de eso.
¡Rayos! Tendría que buscar otra manera de interactuar con Libia...
Seguiré buscando una fuga de oportunidad hasta dar con ella.
Antes de dar vuelta para marcharme me hizo regresar la mirada el momento exacto en que Brandon fingiendo que se cruzaba por detrás de Libia, le pasó el brazo por su cintura y alcanzó un envoltorio de pan dulce de una canasta, ella había puesto sus brazos adelante y sonrió nerviosa...
Sacudí la cabeza, entró como un piquete de sentimiento que no debería estar ahí. Eran como si yo estuviese celoso. No me gustó nada que él la manoseada de esa manera.
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Había otra manera de encontrarme con ella sin que ella fuese vigilada y ese lugar era el puente de la estación a la hora nocturna. Libia Martínez suele presentarse a esas horas cruzando el puente porque la llaman en el hospital como ayudarte en ocasiones especiales como incendios. Descubrí que es experta en calmar quemaduras.
Ahí la insertaré cuando oiga acerca de un incendio. Y no pasó mucho que un día 6 explotó una fábrica de juguetería; creo que fue vandalismo.
La esperé en el puente y lo que suponía ella venía a pasos rapiditos. No le di tiempo que Libia me viera de anterioridad y la tomé por el antebrazo. Al verme al principio no me reconoció por la gorra de lana, pero a escuchar mi voz ella miró en todas direcciones.
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Luna Naranja
VampiroLibro 34 ©2020 Una promesa que jamás se olvida, y queda ahí impregnada en el pasado. Liz dice: "Mi primer amigo que tuve en la infancia fue un vampiro o, eso creía que era amigo mío. Sus intenciones eran otra cosa..." Tres niñas han olvidado su pasa...
