¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hoy sábado, hora 5 a.m. me despertó los alaridos de mi hija de seis años. No contaba con que fuera más que una pesadilla, porque entré corriendo a su cuarto acudiendo a tomarla entre mis brazos para que despertada. Tardó de lo que no esperaba a que abriera sus ojitos. Una vez que lo hizo, por instinto me abrazó rodeado mi cuello...
Sollozaba, eso me extrañó porque mi Liz no lo había hecho desde los 4 años. Intenté todo, calmarla no era lo suficiente. Estaba inconsolable. Luego cuando logró cansarse de sollozar se durmió entre mis brazos a la 6:15 am.
No sé si era una pesadilla lo que tuvo. Me extrañó sobremanera.
La metí a la cama y la rope con las sabanas de dibujos del ratón mikey. Antes de levantarme, me aseguré apoyando la mano en su frente...
- ¡Estáshelada! -Exclamo por lo bajo. Está una criatura helada para mi era exactamente como estarlo lo mismo teniendo fiebre.
Al ponerme de pie noto algo que me ha llamado suma la atención. Vuelvo a sentarme a su lado e inclino la cabeza para ver lo que era, y allí veo unas gotitas muy chiquitas de sangre, una se encuentra en la almohada y las demás al costado.
También me extrañó cuando volví a mi alcoba, Alez y Seba no se habían despertado con semejanza alaridos de la niña.
El reloj tocó la aguja las 8 sin siquiera haber podido pegar un ojo.
Alez, mi mujer al levantarse se fue a bañarse, Sebastian dejó la cama y corrió a la cocina para ser el primero en probar bocado. Mientras todos se mantenía ocupados, acudí al cuarto de Liz para despertarla con un beso.
Entré, la encontré despierta y quejándose que no se sentía muy bien.
