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— En la feria se ve muchos vampiros ¿es normal esto? —le dije bromeando a Gabriel que estaba serio y quería sacarle una sonrisa.
Aún así lo que le dije había mucha verdad.
Fue extraño que mi hermano Gabriel no se percatara de que estaba manchada de sangre mi prenda de vestir, la gente si lo hacían y algunos. Me di cuenta cuando pasé por un puesto de espejos con marcos con bordes similares a los cuadros, me vi en el y me espanté, inmediato le pido a Gabriel que se adelantara un poco que yo le alcanzaba, obedeció dudoso.
Seguramente me vió mi hermano pero no dijo nada. Busqué en mi mochila deprisa algo con que limpiarme, y una señora que estaba sentada que era la que vendían los espejos preguntó si me encontraba bien, le digo que si dándole la espalda para buscar lo que sea, hasta que hallé un pañuelo viejo y enseguida me apuré a limpiarme lo que quedaba las manchas en la mejilla y la frente, pero lo inútil que no podía sacarme la salpicaduras era en la ropa de mi blusa a cuadros blanca y negra.
"Esto es un problema" - me digo mirando a todas direcciones.
Luego me di prisa y alcancé a Gabriel.
Cuando me puse del lado hombro a hombro, él estaba detenido mirando un punto, yo también miré con él. Lo que vi fue desde las sombras de entre dos puestos a un tipo, estaba abrazando a una joven y parecía ser que tenía su boca pegada en su cuello. La joven tenía los ojos cerrados bien fuerte como si le doliera y con sus brazos intentaba empujarlo desesperadamente.
La multitud de personas que pasaba por allí ni siquiera notaban lo que veíamos...
El sujeto vestido traje violeta nos vió la cara, la soltó a la joven y la dejó caer al suelo. Esté nos vió con sus labios ensangrentados, luego como fugaz desapareció de nuestras vistas.
Gabriel hizo señas con la mano preguntándose que ocurría aquí. Yo quería nuevamente salir corriendo porque el miedo de nuevo se apoderó en todo mi cuerpo.
Después oímos gritos en otra dirección al noreste y pocos segundos después otros gritos al norte.
La ayuda de las ambulancias que estaban en el lugar comenzaron acercarse, y la gente amontonarse.