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Los adolescentes eran tres varones, bajé a toda velocidad como podía, hasta cuando toqué a tierra, comencé a escucharlos gritar espantados en todas direcciones.
Corrí unos metros y tropecé con un cuerpo tirado entre los césped crecidos, el chico era un simple estudiante universitario, y estaba tendido boca abajo. No me quedé para averiguar su estado de herida, en si estaba con vida..., apenas. Tenía que apurarme haber si podía salvar a los demás y detener quién sea que tuviera jugando con sus vidas.
Busqué, busqué y corrí por todos lados a pensar de que los oía gritar, hasta que minutos después sus gritos fueron cesaron.
Creo que era tarde.
Comencé a gritar su nombre en ese momento:
— ¡Orange! ¡Orange!
Esperé, esperé y esperé.
Esto me comenzaba a desesperar.
Minutos después oí una rama romperse detrás mío, giré y no vi nada.
De pronto, Orange se apareció muy repentino ante mi. La miré de pie a cabeza y le susurré:
— ¿Qué hiciste, niña?
Orange temblaba y parecía confundida de sus actos.
— N-no sé como... hice eso de... aparecerme así. —Sollozo, y se empezó a secar las lágrimas con los dedos, pero al hacerlo se manchó las mejillas con sangre. - Mírame. Sentí sed... y de repente me encontraba entre los árboles. - Se puso a llorar de la conmoción. - Ash, no pude evitarlo..., no pude evitarlo. Ay no...
Orange se emocionó tanto que era de esperarse que cayera entre mis brazos desmayada.
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Mientras conducía con Orange durmiendo en el asiento trasero, los pensamientos se desviaron involuntariamente, eran como relámpagos, imágenes en nubes de polvos, estos interrumpían mi visión hacia en camino. Quité una mano en el volante para golpear la frente, tampoco sé porque me golpeaba...
Y cuando comencé a aclararse las imágenes en mi mente, el coche estaba perdiendo el control, se desviaba de un lado a otro.
Entonces fue cuando la vi a través de esas nubes relámpagos: Era Liz, la chica quién seguí en algunas ocasiones hace poco para saber que había sido de su vida. Mi gran amiga, la vi en mis desvaríos, su rostro asombrada por algo que recordó, que recordó completamente.
De repente Orange se despierta y me preguntó:
— ¿Por qué todavía piensas en ella?
Su despertar causó que me desviara del camino completamente y perdiera el control, fuera parar a estrellarme contra un árbol grueso, y los vidrios saltarán en mi cara por el impacto.
El claxon se rompió y quedó sonando largo rato hasta que yo saliera de la confusión. Cuando levanté la cabeza del volante, me di cuenta que me partí la frente y mi sangre oscura caía sobre mi nariz hasta la punta.
— ¡Rayos! —Digo rabioso y sintiéndome injustamente.
Después giré la cabeza.
— ¿Estás bien, Orange...? —Pero mis ojos se agrandaron, ella no estaba en el asiento trasero. Ha desaparecido.
Alzo el codo y rompo el claxon haciéndolo callar.
Intento salir del Ford algo mareado, alzo una pierna para impulsar, luego le mando una patada a la puerta y está sale volando yendo a parar en lo más profundo de la oscuridad de un monte.
Salgo y camino despacio rodeando el vehículo hecho trizas que estaba por la parte del frente, llego y abró una de las puertas traseras, lo único que encontré fue su teléfono con coraza rosada encendido.
Lo tomó y vi que había algo escrito. Es su BLOG DE NOTAS decía:
"Ash, me vuelvo a mi departamento. Sos pésimo conduciendo. Devuelmeme mi teléfono mañana cuando nos veamos en la feria. Ah y tenemos que hablar"
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