¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pasaron dos semanas cuando finalmente decidió aparecer Ash Leonardo.
Fue un día de semana como cualquiera. Yo estaba jugando sola con los coches de juguetes mientras mi madrina trabajaba en la cocina preparando una tarta dulce.
Detuve mi juego al sentir la presencia de alguien detrás de mi espalda, volteo y levanto la vista hacia él. Leonardo se encontraba apoyado en la entrada del patio de la casa, contemplándome como lo hizo con la luna. Tenía la mirada algo perdido en mí, luego al rato reacciona y levanta la mano en forma de saludo...
Yo quedo quieta aún estando sentada en el pasto.
Él se acercó, pero no se arrodilla ante mí como de costumbre como lo ha hecho siempre. Entendí con algo de miedo y me pongo de pie para decir con voz tímida:
— ...hola. Vienesportúamiga..., voyabuscarla.
— ¡Espera! —Me retuvo con tono serio.
Se aproximó más ante mí, y yo apenas podía llegar mirarle a la cara...
—Hm. No vine ver a Ros, hoy no. De hecho... vineverteavos.
El corazón lo había sentido como si hubiera querido apagar mi respiración.
Luego Leonardo añade todavía sereno y serio:
—Cuéntame. ¿Como éstas?
— ...bien. —Contestó nerviosa.
— ¿Creés... quenosdivertimoslaotranoche? Sehonesta... —Me pregunta frunciendo en ceño.
—Si, si. —Contesté sintiendo un calor intenso en mis mejillas.